Una nueva esperanza

Dir.: Zack Snyder
Int.: Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Russell Crowe, Kevin Costner, Diane Lane, Laurence Fishburne, Antje Traue, Ayelet Zurer
¿De qué va?: Clark Kent es un joven que posee poderes sobrehumanos. Cuando era un bebé, fue enviado a la Tierra por sus padres desde Krypton, antes de que el planeta acabara autodestruyéndose. Educado en los valores de su padres adoptivos, Martha y Jonathan Kent, decide emprender un viaje para descubrir sus orígenes, al tiempo que se debate entre mostrarse o no tal y como es al resto del mundo.

Reseña: Superman, el personaje, tiene algo muy importante a su favor: es el superhéroe por antonomasia. Fue el primero en dar el salto del cómic a la pantalla, sus señas de identidad (la S, el traje, su origen extraterrestre, su novia, etcétera) son mundialmente conocidos y tiene la mejor colección de superpoderes: capacidad de volar, vista con rayos X, fuerza sobrehumana… Es casi invencible, pero eso también supone un gran factor en su contra: resulta aburrido. Ni está tan atormentado como Batman, ni problemas de ego como Iron Man, ni su doble identidad le trae tantos conflictos como a Spiderman… La falta de interés hacia el personaje ya se hizo notar en Superman Returns, que sin ser mala cometió el error de mantener la continuidad con las películas protagonizadas por Christopher Reeve, sin perder su ingenuidad ni su hilo narrativo pese a que las separaban casi dos décadas.

En vistas del fracaso relativo de la película de Bryan Singer y del absoluto (y con razón) de otro superhéroe de DC Comics, Green Lantern, Warner decidió hacer borrón y cuenta nueva siguiendo la fórmula que mejor les ha funcionado: el método Nolan, que consiste básicamente en darle un enfoque realista, reflexivo y más serio al mundo del superhéroe sin que por ello deba perder espectacularidad. Y así nace El hombre de acero, que para empezar ha logrado contar una historia sabida por todos y que parezca nueva al mismo tiempo, con la impresionante destrucción del planeta Krypton y el dilema de Clark Kent sobre mostrarse tal y como es ante el resto del mundo (una salida del armario en toda regla), luchar por ellos y aceptar tanto su condición extraterrestre como la humana. Es evidente que todo esto es gracias al padrino, Christopher Nolan, cuyo enfoque realista no le sienta mal al personaje aunque la idea no esté completamente desarrollada, que cuente con algún que otro detalle de guión cuestionable  y que habrá quien añore la positividad y candidez características de Kal-El.

Y luego está el apartado de acción cuyas riendas sostiene  Zack Snyder. El director cambia sus características cámaras lentas por frenéticos zooms digitales que, sin estar del todo mal, provocan que las secuencias de acción resulten confusas en determinados momentos. Nunca hemos visto a un Superman tan combativo como éste, algo que queda evidente en el brutal combate con sus congéneres kryptonianos, pero Snyder se empeña en destrozar cuantos más edificios mejor y llenar toda la pantalla de explosiones, lo cual acaba resultando excesivo. Pero lo que más me ha irritado de la dirección de Snyder es que ha rodado todas las escenas, tanto las íntimas como las más espectaculares, con cámara en mano, provocando cierta monotonía visual y algún que otro mareo.

En el apartado interpretativo nada que objetar. Henry Cavill se muestra como el mejor Superman posible de esta generación, tan atractivo como convincente cuando va de incógnito y cuando se enfunda el traje (que no lleve los calzoncillos rojos por fuera ayuda bastante). Amy Adams es una estupenda Lois Lane, tan aguerrida, impulsiva y entrometida como siempre ha sido el personaje, aunque pierde algo de carácter en el tercio final de la película. Michael Shannon demuestra su buen hacer habitual perfilando un villano a la altura de las circunstancias, sin caer nunca en la caricatura, alguien que no es malo porque sí, sino que lo único que pretende es la perpetuación de su raza. Clark Kent no podría contar con mejores padres que Russell Crowe y Kevin Costner, dos modelos de pensamiento diferentes sobre la forma en la que su hijo debe afrontar sus poderes. Y no quiero pasar por alto a la maravillosa Diane Lane, que expresa perfectamente la comprensión, el cariño y la preocupación propios de una madre.

Si han leído todo hasta aquí sin saltarse ningún párrafo se habrán percatado de que El hombre de acero me ha dado una de cal y otra de arena. En cierto modo pienso lo mismo de ella que The Amazing Spider-Man: ambas son imperfectas, no son de lo mejorcito del subgénero  superheróico pero cuentan con buenos mimbres para mejorar y expandirse en sus inevitables secuelas, y al menos en el caso de El hombre de acero reimagina los orígenes del personaje de manera diferente, más acorde con los tiempos que corren, aunque por ello deba sacrificar un poco de su esencia original. Por último, quiero romper una lanza a favor de Hans Zimmer, quien ha compuesto una partitura excelente que, si bien no resulta tan pegadiza como la mítica música de John Williams, refuerza el carácter épico y espectacular del mesiánico superhombre que llega a nuestro planeta para protegernos de cualquier amenaza. Habrá que ver qué tal se desenvuelve y qué dilemas internos le atormentarán en sus próximas aventuras.

7/10