¿De qué va?: En una lluviosa noche de 1912, el excéntrico y snob lingüista Henry Higgins conoce a Eliza Doolittle, una harapienta y ordinaria vendedora de flores. El vulgar lenguaje de la muchacha despierta tanto su interés que hace una apuesta con su amigo, el coronel Pickering: se compromete a enseñarle a hablar correctamente el inglés y a hacerla pasar por una dama de la alta sociedad en un plazo de seis meses.
Reputación: My Fair Lady es la adaptación cinematográfica del musical teatral homónimo que a su vez se había basado en la obra de teatro Pigmalión de George Bernard Shaw. Rex Harrison y Julie Andrews habían interpretado con éxito los papeles principales de la obra sobre las tablas de Broadway y West Ent, pero aunque le ofrecieron el papel de la película a Harrison, el estudio prefirió otorgar el personaje de Eliza Doolittle a Audrey Hepburn porque ya era una estrella reconocida de la pantalla, al contrario de Julie Andrews. Sin embargo, en 1964 Andrews ganó el Oscar a mejor actriz por Mary Poppins, mientras que Hepburn ni siquiera fue nominada por My Fair Lady, según se cree porque la actriz fue doblada en los números musicales por Marni Nixon, una soprano que grabó en secreto las pistas de la Hepburn, incluso sin que ésta lo supiera, aunque la información acabó filtrándose a la prensa. Más tarde, la actriz confesó que de haber sabido que la iban a doblar habría rechazado el papel y reafirmó que Julie Andrews tendría que haber sido la elegida. Cuando se puso en marcha la producción de la película, Warner retiró del mercado todas las copias de una anterior versión de la historia, Pygmalion (1938). My Fair Lady fue un gran éxito de taquilla y crítica, alzándose con 8 Oscar de la Academia: mejor película, director (George Cukor), actor protagonista, banda sonora adaptada, sonido, fotografía, dirección artística y vestuario en color. Hace unos años se habló de las intenciones de sacar adelante un remake protagonizado por Keira Knightley, pero no se ha vuelto a saber nada del proyecto desde entonces.
Comentario: Nunca sabremos qué habría pasado si Julie Andrews hubiera protagonizado My Fair Lady, pero lo cierto es que la labor de Audrey Hepburn, con doblaje o sin él, es brillante, sobre todo antes de que su personaje se someta a ese cambio radical, ofreciendo una imagen muy diferente al glamour que siempre ha desprendido la actriz. En lo que respecta al musical en sí, está muy bien realizado y producido pero le pesa bastante las dos horas y cuarenta minutos que dura, con pasajes que podrían haber sido recortados para agilizar la película, como la trama secundaria del padre de Elizabeth. Sin embargo, hay algo que resulta incontestable: ¡La lluvia en Sevilla es una maravilla!
Próximo visionado: El hombre tranquilo (1952)
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