Dir.: Thomas Vinterberg
Int.: Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Annika Wedderkopp, Lasse Fogelstrøm, Susse Wold, Anne Louise Hassing, Alexandra Rapaport
¿De qué va?: Tras un difícil divorcio, Lucas, de 40 años, ha conocido a otra mujer, tiene un nuevo trabajo y está empezando reconstruir la relación con Marcus, su hijo adolescente. Pero de repente algo ocurre. Una mentira fortuita sobre él que se propaga como un virus. La sorpresa y la desconfianza crecen a pasos agigantados y la comunidad en la que vive se sume en un estado de histeria colectiva. Lucas no tendrá más remedio que luchar para defender su dignidad y su vida.
Reseña: Dicen que los países nórdicos son los que presentan mayores tasas de suicidios y que el factor climático es uno de sus principales causas. También parece ser que ese frío y oscuridad que dichos países padecen buena parte del año es lo que ha propiciado ese fenómeno literario que es la novela negra nórdica, con el fallecido Stieg Larsson y su trilogía de Millennium al frente. Con instituto suicida o sin él, lo cierto es que que los de allá arriba están labrándose una identidad propia en los distintos campos de ficción, ya sea narrativa, televisiva o fílmica, convirtiendo su frialdad y distanciamiento característicos en algo atractivo de sus lúgubres historias de suspense.
La caza no es un thriller, ni siquiera esconde algo de misterio, puesto que desde el principio sabemos que el protagonista es inocente de las acusaciones que se le atribuyen, pero es típicamente nórdica en el sentido de cómo orquesta los acontecimientos, con un ambiente de tensión latente que nunca termina de estallar, y en el retrato de sus personajes, distantes y tercos en palabras. Thomas Vinterberg ha encontrado el contexto perfecto para abordar la maldad encubierta de una comunidad, de su hipocresía y su vanidad, como ya hiciera su compatriota Lars von Trier en Dogville. Al igual que en The Children’s Hour, un bulo inventado por una cría (en aquella ocasión fue con malicia, aquí no), provoca la marginación de un profesor al que aíslan socialmente y destrozan la vida pasando por alto la presunción de inocencia.
La frialdad y ausencia de sensacionalismo es lo que salva a La caza de ser poco más que un telefilme, y aún así no se libra de transitar por algunos lugares comunes o de introducir elementos en la historia que están ahí por cumplir una función bastante obvia. No obstante, cuenta a su favor con una inmensa interpretación de Mads Mikkelsen, cuyo ambiguo rostro ayuda a creer que sus vecinos sospechen tan rápido de él. Puede parecer poco creíble que el personaje tarde tanto en reaccionar ante las acusaciones, pero el actor es capaz de convencernos de lo contrario con una simple mirada. Muy loable también es la labor de la pequeña Annika Wedderkop, que expresa esa a veces exasperante inocencia y dulzura propia de los niños que provoca que los adultos se crean lo que digan a pie juntillas.
Pocas películas han conseguido ponerme tan de los nervios como La caza, por las injusticias que se suceden en la pantalla y por la impasibilidad de su personaje central (en este sentido me recordó mucho a Compliance). Pese a sus fallos, es un notable estudio sobre el pensamiento colectivo del que podemos encontrar, lamentablemente, muchos paralelismos en la vida real (véase el Caso Wanninkhof). Lo peor es que, tal y como muestra el epílogo, una vez se empieza a ser perseguido nunca se recobra totalmente la normalidad.
7’5/10
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