¿De qué va?: En Viena, en la primavera de 1900, un soldado conoce a una prostituta, pero acaba liándose con una criada, que pronto pasa a manos de su señorito, que también mantiene un affaire con una mujer casada, cuyo millonario marido se entretiene con una modista que está enamorada de un poeta, amante de una gran actriz encaprichada con un joven teniente de dragones.
Reputación: Tras su periplo estadounidense, el director alemán Max Ophlus regresó a Europa para iniciar la etapa más brillante de su carrera con esta adaptación de una pieza teatral de Arthur Schnitzler, autor de la novela en la que se basó Stanley Kubrick para rodar Eyes Wide Shut. La obra de Schnitzler escandalizó a la sociedad de por aquel entonces por su forma de abordar las relaciones sentimentales y sexuales, adultero incluido, por lo que la censura no permitió que la obra se representara en su totalidad y eliminó algunas de sus historias. Todas se conservan en la película de Ophlus, la cual además añade un personaje nuevo, un narrador interpretado por Anton Walbrook que funciona como maestro de ceremonias y nexo de unión entre las historias y los espectadores. La ronda, que fue rodada íntegramente en estudio, ganó el premio BAFTA a la mejor película y fue nominada a dos Oscar, mejor guión y mejor dirección artística en blanco y negro.
Comentario: La ronda es un filme revolucionario por tres principales razones: primero, por su contenido sexual, sugerido antes que mostrado por la dichosa censura, lo cual le sirve a Ophlus para introducir una broma metalingüística en una escena en la que el narrador corta los fotogramas en los que se iba a producir un acto sexual; segundo, la depurada técnica del director con los planos secuencia a la hora de pasar de un escenario a otro sin producir ningún corte, y tercero por la propia estructura narrativa del filme, a la que podríamos considerar una de las pioneras del subgénero de historias cruzadas. La recién estrenada 360. Juego de destinos le debe mucho a La ronda aunque sus mensajes vayan por caminos separados. En el caso de la cinta de Ophlus, nos muestra lo efímero del sentimiento amoroso, la hipocresía de la clase burguesa y lo irónico que resulta ser este mundo en el que un día nos permitimos ser vanidosos en el amor y poco después somos los que mendigamos el cariño de otra persona. Todo esto lo podríamos reducir a la siguiente cuestión: ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?
Próximo visionado: Superman: La película (1978)
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