Cortando el cable rojo

Dir.: Kathryn Bigelow
Int.: Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty, Christian Camargo, Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse, Evangeline Lilly
¿De qué va?: El sargento James entra a formar parte de una unidad de élite de artificieros de Irak. Su poco ortodoxa forma de proceder no será bien vista por sus compañeros, quienes no confían en su temeridad.

Opinión: Olvidaos de la guerra de Irak y de todas las películas que han intentado hacer un acercamiento sobre esta contienda: Redacted, Leones por corderos, Expendiente Anwar, Regreso al infierno, Stop-Loss… incluso de la sobresaliente En el valle de Elah. Todas ellas intentaron con mayor o menor atino indagar en las repercusiones psicológicas y sociales desde una posición distanciada del conflicto con denuncia de por medio. Algunas también se ubicaban en la zona de batalla, pero la mayoría resultaban artificiales y con un claro e impostado componente emotivo.

 
En tierra hostil (The Hurt Locker) no busca la opinión de los soldados acerca del conflicto, ni pretende cuestionar las razones políticas de la invasión; ya todos conocemos el cuento de las armas de destrucción masiva. La intención de Kathryn Bigelow es reflejar el día a día de los soldados que trabajan allí, quienes están más preocupados por sobrevivir que en reflexionar en las razones por las que los han mandado a ese maldito lugar. Sí, está ambientada en Irak, pero podría haber sido cualquier otro país del mundo, pues la guerra debe ser igual de cabrona en todas partes: una situación al límite en la que cualquiera es un potencial enemigo y cada misión podría ser la última. Tal vez En tierra hostil sea una de las mejores recreaciones que se han hecho en el cine de lo que tiene que ser la guerra propiamente dicha… si no la mejor.

 
Su estructura episódica no hace que se resienta el hilo narrativo de la historia, pues facilita que con cada nueva misión profundicemos en el infierno en el que vive el grupo de artificieros, en particular el del sargento James (soberbio Jeremy Renner), un hombre adicto a la adrenalina que le proporciona la desarticulación de bombas sin la que su vida dejaría de tener sentido por muy peligroso que sea, algo que queda patente en su contundente epílogo.

 
La cámara inquieta de Kathryn Bigelow explora todos los recovecos del conflicto bélico de forma casi documental, realista, aunque sin descuidar el componente cinematográfico (el efecto de la tierra levantándose con cada explosión, las dilataciones temporales que mantienen la tensión y el suspense…). Habrá quien recrimine que Bigelow nunca se moje en cuestiones políticas y morales o que la película se desarrolle como un videojuego, en el que terminas una misión y pasas a la siguiente, pero es esa falta de intención aleccionadora junto a su puesta en escena brutal, seca y firme lo que me ha enganchado, y con eso me basta y voy sobrado, muchas gracias.

8/10