14/1/09

Falsas apariencias



Dir.: Stephan Elliot
Int.: Jessica Biel, Kristin Scott Thomas, Colin Firth, Ben Barnes, Kimberley Nixon, Katherine Parkinson
¿De qué va?: John Whittaker es un joven inglés que tras conocer a Larita, una americana muy guapa, decide rápidamente casarse con ella. Cuando llega el momento de visitar a la familia de John para presentarles a su esposa, surgirá el conflicto a raíz de la desaprobación de la madre, que intentará una y otra vez dejar siempre en mal lugar a la recién casada.

Opinión: Las diferencias entre ingleses y americanos van más allá de un distinto acento. A pesar de hablar el mismo idioma, son una serie de factores culturales e históricos los que han marcado la divergencia, que a pesar de que en la actualidad ya no esté tan en boga, ha tenido repercusión a lo largo de la historia de ambos países.

Este es el punto de partida de Una familia con clase (Easy Virtue), una nueva versión de la obra teatral de Noël Coward que ya tuvo una versión cinematográfica de la mano de Alfred Hitchcock. Pero que nadie ponga el grito en el cielo, porque el director Stephan Elliot se desmarca de la versión del histórico cineasta acentuando la comicidad de la historia ,en contraposición al dramatismo que imperaba en la cinta del director de Los pájaros.


Stephan Elliot se sirve del choque entre el refinamiento el inglés y el desparpajo americano para contarnos una historia sobre el juego de las apariencias: el cómo una persona decide no ser ella misma con tal de agradar a los demás; sobre la gente que de cara a la galería parece felizmente perfecta cuando en realidad no lo es; del miedo que podemos llegar a sentir si alguien es capaz de descubrir lo que hay detrás de la fachada. Para ello Elliot se sirve de diálogos llenos de ingenio, cinismo y sutil ironía y de planos en los que los personajes se reflejan en dispares superficies mientras se lamentan (o no) del papel que les ha tocado interpretar en sus vidas.


El reparto inglés de la cinta es bastante acertado: Kristin Scott Thomas borda su rol de estirada inglesa snob, así como sus trastornadas hijas encarnadas por las actrices Kimberley Nixon y Katherine Parkinson. Colin Firth aporta misterio y galantería a su torturado personaje que en manos de otro actor hubiese quedado bastante plano. Ben Barnes no lo hace mal, simplemente está correcto.


En cuanto a la elección de Jessica Biel como protagonista de la historia, podría haber sido un riesgo, pero en realidad es todo un acierto, pues lleva todo el peso de la película con mucha clase (si me permiten el juego de palabras). Entre otras cosas, Biel ríe, llora, se enfurece, se preocupa, seduce, se marca un tango y canta en los créditos iniciales de la película, y no lo hace nada mal. Esperemos que esto suponga un punto de inflexión en su carrera y que ahora en adelante todo sea a mejor.


Una familia con clase es una comedia que gustará mucho a los que tengan un gran sentido del humor inglés. Tiene momentos muy acertados y otros en los que habría sido necesario algún gag para que el ritmo de la película no se desvirtuase un poco, pero aún así es una elección acertada para pasar un buen rato, sin sentirse avergonzado y riéndose de (y con) los burgueses, que no es poco.

***1/2

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