Dir.: Tony Gilroy
Int.: Jeremy Renner, Rachel Weisz, Edward Norton, Scott Glenn, Stacy Keach, Donna Murphy, Corey Stoll, Joan Allen, Albert Finney
¿De qué va?: Aaron Cross es uno de los agentes secretos creados por el programa Outcome del Departamento de Defensa, que han sido diseñados para funcionar en solitario en misiones de alto riesgo. Sin embargo, el programa se convierte en un peligro cuando la historia de Jason Bourne, perteneciente al programa Treadstone, pasa a ser dominio público.
Reseña: La trilogía de Bourne no es sólo una de las mejores y más rentables franquicias del cine de acción moderno, sino que también influyó de forma decisiva en el género, marcando las pautas de la renovación del agente 007 y dando pie a numerosos imitadores que copiaron sin rubor su estilo realista y sucio al tiempo que espectacular. Ante la negativa de Matt Damon de continuar con el personaje, Universal Pictures se ha sacado de la manga un spin-off encuadrado en el mismo universo pero con otro agente secreto renegado en el epicentro de la trama.
Tony Gilroy, guionista que ha participado en toda la saga, toma las riendas dejadas por Paul Greengrass, pero su dirección se asemeja más a la de Doug Liman en El caso Bourne que a la de aquél en las dos continuaciones. Se muestra eficiente en las secuencias de suspense y acción pero le falta ese nervio frenético que le aportaba Greengrass. En lo que respecta a su labor como guionista, la estructura narrativa repite el esquema de las anteriores; aunque el protagonista no sea el mismo sus aventuras son muy similares a las vividas por Jason Bourne: persecuciones por calles y tejados, enfrentamientos en apacibles casas, compañera femenina valiosa y de buen ver e incluso hay cabida a un nuevo agente silencioso como ‘final boss’. Con esta gente pasa lo mismo que con los malos de Dragon Ball, cuando crees que no puede haber nadie más poderoso en el universo aparece otro.
En comparación, Aaron Cross palidece ante Jason Bourne puesto que no es tan interesante ni complejo como éste, aunque el personaje sale muy beneficiado por la interpretación y el carisma de Jeremy Renner, quien forma un atractivo tándem con Rachel Weisz en un papel casi idéntico al interpretado por Franka Potente y Julia Stiles en las anteriores películas. Edward Norton está bastante desaprovechado como villano en la sombre, y lo mismo podríamos decir de Oscar Isaac. Las apariciones de Joan Allen, Albert Finney y David Strathairn son prácticamente anecdóticas, enlazando la película con la anterior y con la que está por llegar…
Y es que si cada una de las anteriores al menos tenía un final más o menos cerrado, El legado de Bourne termina de forma totalmente inconclusa, y eso que dura más de dos horas (algo descompensadas de acción). Se agradece que en vez de hacer borrón y cuenta nueva hayan optado por expandir el universo Bourne y como tal les ha salido un correcto thriller de acción pero que no llega a las cotas de calidad alcanzadas por la trilogía original. Al menos espero que para la siguiente podamos contar con un duelo entre Jason Bourne y Aaron Cross conducido por Paul Greengrass… Soñar es gratis.
6/10
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