¿De qué va?: John es oftalmólogo y tiene una curiosa afición: colecciona ojos. Su madre ejerce sobre él un fuerte dominio psicológico. Precisamente, por orden de su madre va a un cine donde desencadenará el terror entre los asistentes.
Reputación: En diciembre de 1986, en el contexto del Festival de Cine Fantástico de Sitges, el recientemente fallecido Bigas Luna, uno de los directores más polémicos y personales del cine español, estrenó Angustia, la tercera película que le produjo Pepón Coromina, quien murió antes del estreno del filme. Filmada íntegramente en inglés, con reparto estadounidense y rodada en una Barcelona irreconocible, en principio fue ofrecida a varios productores americanos, pero las condiciones que ponían no fueron del agrado de Luna, quien nunca ocultó el haberse inspirado en una interpretación peculiar del estilo de Alfred Hitchcock. Para insistir en el aspecto norteamericana de la película de cara a la proyección internacional, contactaron con Bette Davis para que interpretara el papel de la madre, el cual hizo al final Zelda Rubinstein, la inolvidable médium de Poltergeist. La película fue un fracaso comercial puesto que el público español no estaba acostumbrado a las escenas sangrientas y de gore, pero el reconocimiento de los fans y el buen boca-oreja la convirtió en objeto de culto. Después de esta película, Bigas Luna volvería al cine erótico y lo revolucionaría con Las edades de Lulú.
Comentario: Angustia es una de esas películas de las que cuanto menos sepas de ella antes de verla mejor, y en este caso en particular tampoco resulta complicado puesto que, a pesar de ser una de las obras mejor valoradas de la filmografía de Bigas Luna, también es una de las más desconocidas (sin ir más lejos, ninguno de la ristra de amigos que tengo en Filmaffinity la tiene puntuada). La película desvela su gran secreto antes del meridiano de su metraje, realizando un ejercicio metalingüístico muy original dentro de una película de terror que bebe de las fuentes del giallo italiano. Lástima que para provocar esa angustia que evoca desde su propio título, Bigas Luna haya optado por abusar demasiado de la dilatación temporal, provocando que el suspense se disperse por lo mucho que tensa el cable. Con todo, una película de visionado muy interesante por el juego que lleva a cabo a través de un inteligente manejo de los elementos cinematográficos.
Próximo visionado: Vera Cruz (1954)
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