Elizabeth Olsen entre hippies y casas siniestras

Todos descubrimos a Elizabeth Olsen gracias a su tremenda interpretación en Martha, Marcy, May Marlene. La hermana pequeña de las gemelas Olsen se reveló como una actriz potente que quería forjarse una carrera en el cine al margen de la popularidad de sus famosísimas hermanas mayores. Ahora mismo tiene cuatro películas pendientes de estreno y acaba de finalizar el rodaje de Godzilla, pero antes de deslumbrarnos en la ópera prima de Sean Durkin ya había rodado dos largometrajes que permanecen inéditos en España y de los que vamos a hablar a continuación.

Peace, Love & Misunderstanding (Paz, amor y malentendidos) está dirigida por el veterano Bruce Beresford (El último bailarín de Mao) y versa sobre una conservadora abogada de Nueva York a quien su marido le sorprende pidiéndole el divorcio. Para tomar un poco de distancia, decide marcharse con sus dos hijos a casa de su madre, una hippie que vive en Woodstock con la que hace décadas que no se habla. Lo que en un principio iban a ser unas vacaciones cortas se convierte en un viaje de autodescubrimiento para cada uno de los integrantes de la familia.

Nos encontramos ante una comedia de manual, con unos personajes que parten de estereotipos muy claros y que van a evolucionar hacia el extremo opuesto: los que son serios y disciplinados va a dejarse llevar por la locura, los que son inflexibles en su liberalismo descubrirán que no son tan progres como imaginaban y así con todos en un entorno plagado de clichés sobre el movimiento hippie, al estilo de Sácame del paraíso pero sin exagerar demasiado la caricatura.

El reparto, en especial el sector femenino, es quien sostiene el peso de una historia tan de telefilme, con una Jane Fonda en un papel hecho a su medida, la siempre estupenda Catherine Keener y Elizabeth Olsen midiéndose sin titubear con sus veteranas compañeras de reparto. Los hombres, Jeffrey Dean Morgan, Chace Crawford y Kyle MacLachlan, sólo están de soporte para que las mujeres puedan reconducir su camino en la vida. Por cierto que Natt Wolf interpreta un personaje muy parecido al que asumiría a posteriori en Un invierno en la playa, la cual tampoco es una película revolucionaria pero tiene mucho más encanto y contenido que la que nos atañe.

4’5/10

Silent House es el remake americano de la cinta de terror argentina La casa muda (2010) que han realizado Chris Kentis (Open Water) y Laura Lau. Como en aquella, la historia sigue los pasos de una joven que vive una experiencia terrorífica en una casa de campo donde vivió parte de su infancia, y a la que había regresado para ayudar a su padre en las tareas de restauración con intención de venderla. El principal atractivo de la película radica en que está grabada íntegramente en un largo plano secuencia a tiempo real, al estilo de La soga de Hitchcock.

No he visto el filme original pero el tráiler de esta versión me pareció estupendo, además de prometer una experiencia aterradora. Nada más lejos de la realidad. La idea es buena pero no está del todo bien ejecutada porque, a pesar de que Elizabeth Olsen se desviva por transmitirnos el pánico que siente su personaje, nunca llegamos a contagiarnos de él porque nunca nos queda claro cuál es el peligro que corre. Alguien le persigue en una casa a oscuras que da mucha grima pero los mecanismos utilizados para asustarnos (sombras, ruidos, golpes y demás) no están bien engrasados.

La pesadilla que vive la muchacha se vuelve cansina más pronto que tarde puesto que no ocurren cosas especialmente interesantes, mientras que el giro de guión sorpresa del final resulta insatisfactorio y tramposillo. Puede que guste a los fans del terror casero en la línea de Paranormal Activity pero lo único que encuentro rescatable es Elizabeth Olsen como una de las reinas del grito más estimulantes del género. Lástima que la razón de su miedo no esté a la altura.

4/10