Un joven prodigioso

El domingo pasado se entregaron los Blogger Awards, unos premios que concedemos la comunidad bloguera y cinéfila hispanoparlante desde hace varios años cuyo palmarés pueden consultar en su web.  Una de las grandes triunfadoras de este año fue En la casa, que ganó los galardones a la mejor película de habla no inglesa y al de mejor guión adaptado. El filme del francés François Ozon también ganó la Concha de Plata a la mejor película en el pasado Festival de San Sebastián. Si no consiguió más reconocimiento internacional fue porque las más mediáticas Intocable y De óxido y hueso la eclipsaron.

En la casa versa sobre un profesor de literatura hastiado del escaso talento que tienen sus alumnos para la literatura, hasta que un día le llama la atención la redacción de uno de ellos, pues habla de la familia de un amigo suyo con un agudo sentido de la observación. Intrigado por la historia inconclusa y sin saber realmente qué es verdad y qué inventado, el profesor alienta a su alumno de que siga escribiendo, hasta que se acaba involucrando demasiado en la vida del estudiante y en la de la familia de la que éste escribe. El filme de Ozon es difícil de clasificar porque va mutando de una escena para otra: cuando parece  ser una versión menos edulcorada de Descubriendo a Forrester se convierte en una mirada crítica de la clase media (a lo American Beauty, pero ‘French’) y una mofa al arte moderno, pero luego vuelve a mudar de piel y resulta ser una comedia ácida y un drama con toques de thriller sobre la obsesión.

Normalmente, cuando una película toca tantos palos acaba resultando irregular y confusa, pero en este caso todo fluye con naturalidad, de forma creíble e inesperada. No tardamos en contagiarnos de la fascinación que siente el profesor por su alumno, un ególatra de cuidado que conquista a cualquiera que se le ponga por delante, y no digo más para no estropearles las numerosas sorpresas que esconde En la casa, una película con numerosas habitaciones digas de explorar. ¡Ah! Y sale Kristin Scott Thomas en su espléndida madurez, tanto física como interpretativa, lo cual siempre es un aliciente para cualquier película en la que participe.

8/10