Dir.: Jake Schreier
Int.: Frank Langella, Susan Sarandon, Liv Tyler, James Marsden, Jeremy Strong, Jeremy Sisto
¿De qué va?: En un futuro no muy lejano, Frank es un viejo y solitario cascarrabias que se ganaba la vida como ladrón de guante blanco. Su rutinaria y tranquila vida se verá alterada cuando su hijo le regala un robot para que se encargue de cuidarle. A pesar del rechazo inicial, el anciano comienza a hacerse amigo de la máquina y a enseñarle algunas de sus habilidades secretas.
Reseña: Los primeros minutos de créditos finales en Un amigo para Frank vienen acompañados de imágenes reales de prototipos de robots realizando diferentes funciones y acciones. Por tanto, no es de extrañar que el futuro cercano que imagina la película no sea nada descabellado, sino reconocible y no muy diferente al actual, donde los libros impresos son sustituidos por los electrónicos, las videoconferencias llegan a nuestros hogares y se crean robots encargados de realizar las tareas más engorrosas para el ser humano, como cuidar de ancianos. Es horrible, lo sé, pero nadie debería llevarse las manos a la cabeza, pues todos conocemos, por experiencia propia, cercana o lejana, que muchos abuelos acaban siendo una carga para sus hijos y que, en el mejor de los casos, viven en residencias donde reciben visitas periódicas y, en el peor, son abandonados en gasolineras.
Un amigo para Frank reúne todos los ingredientes para atacar directamente al corazón, como Lejos de ella, Arrugas o Amor: el protagonista, Frank, es un anciano que aún puede valerse por sí mismo pero que empieza a padecer síntomas de Alzheimer. La llegada de un robot doméstico que tiene como objetivo cuidarlo y mejorar su calidad de vida no sólo le traerá algo de compañía a Frank, sino que le proporcionará un nuevo proyecto con el que poder sentirse realmente vivo e independiente otra vez. Tanto el director como el guionista, los debutantes Jake Schreier y Christopher Ford, son conscientes del material explosivo que tienen entre manos, pero sorprendentemente huyen del sentimentalismo fácil, optando por un término medio entre el humor ligero y el drama, cuyos dos puntos álgidos emocionan sin necesidad de subrayados innecesarios.
Otro logro del filme es que consigue que nos encariñemos con el peculiar dúo protagonista, cuyo debate sobre el olvido resulta ciertamente emotivo, sin tener que endulzar el carácter de Frank ni humanizar al robot. El primero es un viejo y testarudo pícaro interpretado por un magnífico Frank Langella y el segundo un robot, con la voz de Peter Sarsgaard en la versión original, que intenta ganarse la confianza de su dueño sin salirse de las leyes robóticas . Langella no tiene ningún problema en sostener todo el peso de la película él solito con una actuación tan contundente como contenida, aunque para ello cuente con la estupenda réplica de Susan Sarandon y la de los esporádicos James Marsden y Liv Tyler, esta última felizmente recuperada para el cine tras varios años de inactividad.
Un amigo para Frank no calará hondo entre el gran público acostumbrado a dramas que cargan las tintas para sobrecoger al personal, pero se ganará el corazón de una buena cantidad de espectadores por su sensibilidad (que no sensiblería), su genuina ternura apoyada por la estupenda partitura compuesta por Francis and the Lights, y por cumplir a la perfección con la regla no escrita de que la ciencia ficción debe trazar una parábola de la sociedad actual, en este caso, sobre la pérdida de contacto físico con las personas más cercanas. Nunca hemos estado tan conectados y distanciados al mismo tiempo.
8/10
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