¿De qué va?: Desde que se conocieron en 1912, Jules y Jim se convirtieron en amigos inseparables que un día se enamoran de la misma mujer, Catherine, quien se acaba casando con el primero. Años más tarde, el matrimonio hace aguas y Catherine se convierte en la amante de Jim.
Reputación: François Truffaut, conmovido desde siempre por la literatura del poco conocido Henri Pierre Roché, lleva a la práctica un deseo que tenía desde hace tiempo: la adaptación cinematográfica de su obra Jules et Jim, que había descubierto de causalidad rebuscando en una pila de libros de segunda mano en una tienda y de la cual le seducía especialmente la prosa poética articulada con muy poco vocabulario. Cineasta y escritor llegaron a conocerse y a planear la adaptación, pero Roché murió antes de ver finalizado el proyecto, como tampoco llegó a ver otra obra suya que Truffaut llevó a la gran pantalla, Las dos inglesas y el amor. Jules y Jim está basada en hechos reales, en la historia de amor a tres bandas que Roché vivió con su amigo Franz Hessel y con la mujer de éste, Helen Hessel. Hace un par de años, se publicó el libro Helen Hessel: La mujer que amó a Jules y Jim, biografía de esta fascinante y provocadora mujer.
Comentario: Para ser uno de los principales referentes de los filmes sobre triángulos amorosos actuales (Vicky Cristina Barcelona sin ir más lejos le rinde homenaje), Jules y Jim no me ha parecido tan modélica como cabía esperar. En este tipo de películas que se centran en tres personajes, lo importante es definir perfectamente sus personalidades y sentir algo de empatía por ellos, y aunque aquí los protagonistas tienen un carácter muy marcado sus motivaciones no son claras, por lo que nunca llegamos a entender sus comportamientos. Ella manipula y utiliza a los dos amigos a su antojo, mientras que éstos, incapaces de enfrentarse entre ellos, hacen cualquier cosa con tal de garantizar el bienestar de su amada mientras disfrutan de su estilo de vida bohemio y cultureta. Dejando a un lado la historia, el ritmo es tedioso y la narración en off es desmesurada e innecesaria, al igual que efectos de video tan desfasados como la congelación de fotogramas. En su época habrá sido una película rompedora, pero no creo que haya envejecido muy bien con el paso del tiempo. Sobrevalorada.
Próximo visionado: Sueños de un seductor (1972)
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