El Emmy ganado por Julianne Moore y Claire Danes la semana pasada es la prueba de que la televisión, ya sea en formato serie o telefilme, está siendo el refugio de muchas estrellas de Hollywood que encuentran mejores papeles en la pequeña pantalla que en la Meca del Cine. Ellas no fueron las únicas intérpretes de renombre que aspiraban a los premios de la televisión norteamericana; Nicole Kidman y Clive Owen también fueron nominados por su trabajo en Hemingway & Gellhorn, una ambiciosa tv-movie de la prestigiosa HBO cuya première se realizó en el mismísimo Festival de Cannes.
Philip Kaufman (Giro inesperado, Quills) dirige este biopic centrado en la relación entre el novelista estadounidense Ernest Hemingway y la corresponsal de guerra Martha Gellhorn, quienes se conocieron por casualidad en un bar y luego se reencontraron en la Guerra Civil española, donde se enamoraron entre trincheras. El tema de la recreación histórica de la peli es bien curioso, porque hay momentos en los que me parece que está muy lograda y en otros creo estar viendo una historia ambientada en la revolución mexicana; por no hablar de que los extras, los que se supone que son de origen español, pronuncian de manera un tanto peculiar. El director utiliza un filtro sepia para algunas escenas de forma que no se note tanta diferencia entre las imágenes ficticias y las de archivo, y aunque es un recurso que no gustará a muchos a mí me pareció bastante acertado.
Sin embargo, el guión no está muy elaborado, pues se trata de un drama bélico y romántico como cualquier otro con toda su retahíla de clichés al no saber explotar las particularidades de su pareja protagonista, la cual por cierto funciona mejor por separado que junta. Clive Owen y Nicole Kidman no despliegan nada de química y particularmente me creo más a ella que a él, pues no lo vi muy metido en la piel de Hemingway y no dejé de recordar la mucho más convincente encarnación que hizo Corey Stoll del escritor en Midnight in Paris. Al menos la caracterización de ambos cuando son ancianos está más lograda que la de recientes producciones cinematográficas como J. Edgar.
Actores reconocidos como David Strathairn, Robert Duvall, Tony Shalhoub, Rodrigo Santoro y Molly Parker completan el reparto de la tv-movie otorgándole al conjunto una impresión de superproducción que se va al traste por lo plano de su libreto. Al menos tiene un rigor histórico más o menos decente (no olvidemos que se trata de ficción y no de un documental) y que pese a que su dos horas y media de duración son excesivas no resultan demasiado pesadas. Desgraciadamente, Kidman no ha encontrado en la televisión el reconocimiento que escasea últimamente en su trabajo en cine, pero al menos lo ha intentado.
6/10
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