Dir.: Timur Bekmambetov
Int.: Benjamin Walker, Dominic Cooper, Anthony Mackie, Mary Elizabeth Winstead, Rufus Sewell, Jimmi Simpson, Alan Tudyk
¿De qué va?: El decimosexto Presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, tuvo una vida secreta como cazador de vampiros a raíz del asesinato de su madre a manos de una de estas criaturas sobrenaturales.
Reseña: El escritor Seth Grahame-Smith ha encontrado un filón en mezclar el imaginario popular de terror y ciencia ficción con historias, ya sean ficticias o no, que no tienen absolutamente nada que ver. Primero escribió Orgullo y prejuicio y zombis, que no es otra cosa que la novela de Jane Austen con pasajes que hablan de una epidemia de muertos vivientes en la campiña inglesa, provocando que los puristas pusieran el grito en el cielo (en realidad, es menos divertido de lo que parece, lo digo con conocimiento de causa). Y luego llegó Abraham Lincoln: Cazador de vampiros, cuyo título también desvela qué dos elementos contrapuestos se dan cita para la ocasión, y cuya adaptación al cine ha cogido la delantera a la de Orgullo y prejuicio, que actualmente se encuentra en dique seco.
Con Tim Burton en la producción, la película se atreve a revisitar en clave fantástico un personaje tan importante en la historia americana como es Abraham Lincoln y acontecimientos decisivos como la Guerra de Secesión, introduciendo a los vampiros como una parte oculta del devenir del país. Obviamente, el filme está concebido para no ser nada más que un entretenimiento palomitero, sin embargo, su falta de pretensiones se contradice con la absoluta gravedad en la que está envuelta la narración, provocando que el espectáculo no resulte todo lo divertido que debería ser al tomarse tan en serio a sí mismo, salpicado de líneas de diálogo pretendidamente hondas y reflexivas que no dejan de sonar a cliché.
El otro gran problema al que se enfrenta el Lincoln cazavampiros es su popio director, Timur Bekmambetov, que estropea la estupenda ambientación con su estilo de dirección modernillo, insertando ralentizaciones cada dos por tres en las secuencias de acción. Es como ver Wanted. Se busca ambientado en el siglo XIX y eso resulta más chocante que el tema de Lincoln contra los vampiros. Abusa de los efectos especiales, aunque no destaquen por su calidad precisamente, pero tampoco desentonan en secuencias tan frenéticas como la del asalto al tren. En cuando al reparto, Benjamin Walker está correcto como Lincoln pero tampoco llega a lucirse en su primer gran papel en el cine. Mejor parados salen en sus roles secundarios Dominic Cooper, Mary Elizabeth Winstead y Anthony Mackie. La labor de maquillaje no es tan terrible como la de J. Edgar pero deja bastante que desear; en Hollywood ya no saben caracterizar a los actores sin que se note que las arrugas están dibujadas.
Abraham Lincoln: Cazador de vampiros es el Cowboys & Aliens de este año. No sólo se estrenaron en la misma fecha sino que comparten gusto por las mezclas imposibles y no son todo lo divertidas que podrían haber sido. Al menos Abraham Lincoln goza de un segundo y tercer acto mucho mejor que el primero, puesto que deja de ser una película de vampiros al uso para introducir la figura de Lincoln conocida por todos. No es un peliculón pero tampoco una aberración, si eres capaz de entrar en su juego puedes pasar un buen rato.
5/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario