La última película de Pixar venía a resarcir a la compañía tras el bache que supuso Cars 2 en una racha de grandes éxitos como Ratatouille, Up! o Toy Story 3. Si bien la secuela de Cars no llegó a ser un descalabro económico, no llegó a alcanzar las cotas de creatividad y emoción conseguidas con las películas precedentes. Brave, por tanto, no era sólo la primera película de Pixar protagonizada por un personaje femenino, sino que además suponía la prueba de fuego de Pixar para seguir demostrando que sigue siendo la reina de la animación frente a sus cada vez mejores competidores.
Sin embargo, Brave no ha conseguido destacar en un año en el que ha habido una gran calidad entre los estrenos de animación sin que ninguno sobresalga por encima del resto. A su favor, la película de Pixar cuenta a su favor con un factor sorpresa al orientar la historia por un camino inesperado que ni siquiera se había desvelado en el tráiler: la complicada relación entre una madre chapada a la antigua y sobreprotectora y una hija testaruda, independiente y aventurera. Aquí los candidatos a príncipe azul son más bien ranas y la heroína, Mérida, sólo se tiene a sí misma para crear el conflicto y para resolverlo.
Lástima que desde que se descubre por dónde va a ir el tema la película se torna muy predecible y en cierta manera parece un remake no confeso de Hermano oso, careciendo del tono épico y aventurero que se esperaba de ella. Puede que haya sido porque no me esperaba gran cosa, porque tiene una galería de secundarias muy resultona o por la estupenda banda sonora celta, pero la verdad es que me ha gustado más de lo que esperaba, pero eso sí, sigue siendo una obra “mediana” dentro de la factoría Pixar.
7/10
El año pasado, Aardman Animations, el estudio de la plastilina por excelencia, estrenó Arthur Christmas: Operación regalo, película con la que recaudó unos decentes pero no espectaculares 147 millones de dólares a nivel mundial. El verano pasado tampoco les fue excesivamente bien con ¡Piratas!, pues los 120 millones obtenidos no resultan del todo rentables si tenemos en cuenta que su presupuesto fue de unos 55 millones. Es una lástima porque las películas del estudio responsable de las aventuras de Wallace & Gromit y Chicken Run merecen mayor atención.
¡Piratas! no revoluciona el género de los bucaneros pero al menos ofrece buenas dosis de diversión y una carismática tripulación que haría palidecer a la del sobrevalorado Jack Sparrow. De hecho, el Capitán Pirata, protagonista del filme, es tan torpe como el personaje encarnado por Johnny Depp pero nunca resulta tan cargante como éste. Dejando a un lado las comparaciones, ¡Piratas! cuenta con una falta de pretensiones que juega tanto a su favor como en su contra, resultando ser un entretenimiento familiar ameno e imaginativo que se queda bastante lejos de la brillantez de las gallinas fugitivas de Chicken Run, pero con un humor, cercano al del gran videojuego Monkey Island, resultón y jocoso.
Por cierto, recomendable el visionado en versión original para evitar la voz de “actores profesionales” como Andrés Iniesta y poder disfrutar del trabajo vocal de gente como Hugh Grant, Imelda Staunton, David Tennant, Martin Freeman o Salma Hayek.
6’5/10
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