Breve historia de amor universal

Dir.: James Marsh
Int.: Eddie Redmayne, Felicity Jones, Charlie Cox, David Thewlis, Emily Watson, Simon McBurney, Harry Lloyd, Maxine Peake
¿De qué va?: En los años 70, Stephen Hawking es un brillante estudiante de cosmología de la universidad de Cambridge que se enamora de Jane Wilde, una estudiante de literatura. Cuando a Hawking se le diagnostica una enfermedad degenerativa y no le dan más de dos años de vida, Jane le dio la fuerza suficiente para convertirse en el sucesor de Einstein y formar una familia junto a ella.

Reseña: Era cuestión de tiempo que la vida de Stephen Hawking fuese llevada a la gran pantalla, y es que reúne los mejores ingredientes para cocinar un biopic en su concepción más clásica: una mente brillante, grandes logros, una terrible enfermedad, instinto de supervivencia y de superación y una historia de amor. Siempre da un poco de pereza este tipo de películas que parecen hechas tanto para endiosar a su figura central como para ganar Oscars y premios varios. La teoría del todo encaja perfectamente en esta descripción, pero está tan bien hecha, con tan buen gusto, que se le perdona y se disfruta con gusto.

De la misma forma que Hawking buscó una teoría que englobara a su vez todas las teorías por las que se rige el Universo, la película de James Marsh intenta abarcar los tres principales pilares en los que se ha sustentado la vida del científico: su profesión, su enfermedad y su historia de amor con su primera esposa, y lo cierto es que sale airoso del aprieto alternando con acierto dichas facetas y dando diversos saltos temporales de forma natural y discreta, sin tener que recurrir a cartelitos para ubicar temporalmente a los espectadores. Pero sobre todo, el filme sorprende por su contención dramática; conmueve sin tener que recurrir a desparrames lacrimógenos ni manipulaciones emocionales, véase por ejemplo la escena en la que Jane se da cuenta de la magnitud de la enfermedad de Hawking.

Claro que La teoría del todo no tendría ni la mitad de su fuerza si no fuera por la superlativa labor de su pareja protagonista, formada por Eddie Redmayne y Felicity Jones. La calidad de la transformación que sufre el actor es indiscutible, hay momentos en los que te olvidas que estás viendo a un actor interpretando un papel en vez de al auténtico Stephen Hawking, sobre todo en el último tramo. En lo que respecta a su bellísima partenaire, Jones enamora al tiempo que se echa sobre los hombros gran peso de la  película en su segunda hora de metraje, exteriorizando con suma delicadeza los conflictos internos de su personaje, una mujer que apoyó incondicionalmente a su marido pero que también, como es natural, se sintió subyugada ante lo complicado de su situación.

La teoría del todo se encuentra encorsetada en el género de biopic clásico pero hace las cosas bien, contando la historia de Hawking con honestidad y sin cargas las tintas melodramáticas. Goza de una buena factura, pero son las formidables interpretaciones de Redmayne y Jones, apoyadas por un guión ajustado en el que menos es más, lo que convierte al filme en uno de los biopics más redondos de los últimos años, y sin tener que ser fan de Stephen Hawking o entender sus teorías para conectar emocionalmente con él.

8/10