Dir.: David Fincher
Int.: Ben Affleck, Rosamund Pike, Neil Patrick Harris, Tyler Perry, Carrie Coon, Kim Dickens, Patrick Fugit, Missi Pyle, Casey Wilson
¿De qué va?: El día de su quinto aniversario de boda, la esposa de Nick Dunne, Amy, desaparece misteriosamente. A medida que la investigación policial avanza las sospechas recaen sobre Nick, quien debido a su extraña conducta también se convierte en el centro de atención de todos los medios de comunicación.
Reseña: Hace un año y medio, me encontraba en un centro comercial buscando algún libro que me llamara la atención. De repente, reparé en uno que se llamaba Perdida, con una de esas tiras informativas que ponen a las novelas para atraer su venta. En ésta rezaba “No has leído nada igual”. Tenía razón. Se trataba de una novela genialmente escrita que partía de una situación tan trillada como la de la desaparición de una mujer para hacer una disección afilada de la institución del matrimonio, al tiempo que desarrollaba una intriga que ya a mitad de la lectura daba un giro de 180º para retorcerse hasta su final de tal manera que me dejó pensativo y entumecido después de terminarlo. Ahora llega su adaptación cinematográfica y del mismo modo podría venir acompañada del eslogan “No has visto nada igual”.
No todos los escritores son aptos ni para escribir guiones ni para adaptar sus propias obras, pero Gillian Flynn sí ha tenido la capacidad de perspectiva para dilucidar qué partes de la novela no eran necesarias para la película y qué otras se podían cambiar para aligerar la acción, y le ha quedado un guión muy compacto, que no deja cabos sueltos y que resuelve de manera muy eficaz la narración alterna de la novela. David Fincher contribuye de la manera en la que sólo él está capacitado, con esa obsesión por el perfeccionismo que lo caracteriza: montaje virtuoso, composición del plano ajustada al milímetro, fotografía tan gris y opaca como nítida, actores que dan lo mejor de sí y una banda sonora compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, en su tercera colaboración profesional, que enfatiza la desconfianza, la alienación y la amargura que se respira en la película.
A mí no me acabó de convencer la elección de Ben Affleck como protagonista. No por la aprensión que le tiene casi todo el mundo, sino porque no me lo imaginaba en el papel. Ahora me parece que su fichaje fue más que idóneo, pues tanto su imagen pública como sus características interpretativas se ajustan perfectamente al personaje: simpático, pero algo inexpresivo, alguien sometido a lupa por los medios cuyas reacciones pueden fácilmente malinterpretarse. Rosamund Pike está directamente brutal. Dado que es el gran misterio de la película, es difícil decir algo de ella sin que aparezca la sombra del spoiler, así que sólo diré que su compromiso con el personaje es impresionante y que éste debería ser por méritos propios el espaldarazo definitivo a su despegue. Interpretaciones secundarias como las de Carrie Coon, Kim Dickens y Neil Patrick Harris también son muy loables, pero es incontestable que nos encontramos ante los mejores trabajos de las carreras de Ben Affleck y Rosamund Pike.
Afortunadamente, todos los temas que tocaba Flynn en la novela están en la película y su valor permanece íntegro: la manipulación que ejercen los medios de comunicación, las ideas preconcebidas de la sociedad sobre el comportamiento humano, o mi favorita, cómo hoy en día proyectamos una imagen para agradar a los demás que no tiene que ver con lo que somos en realidad, y como esa ilusión explota cuando decidimos pasar nuestra vida conviviendo junto a otra persona. El desenlace no es del gusto del gran público porque no tiene que ver con los aparatosos finales a los que estamos acostumbrados. Al contrario, es una solución incómoda, velada y profundamente triste, y por eso resulta perfecta para una obra que no busca agradar, sino aturdir, sorprender y hacernos reflexionar sobre si nuestras relaciones también van camino de la autodestrucción mutua.
9/10
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