¿De qué va?: Howard Roark es un arquitecto vanguardista, ávido de romper con todo lo establecido hasta ahora en su ámbito profesional. Dominique Francon es una columnista que también ama la individualidad y todo lo que libere al hombre de la esclavitud de las ideas. Juntos, iniciarán una guerra contra el mundo de lo convencional.
Reputación: La escritora Ayn Rand escribió la novela The Fountainhead y creó a su protagonista basándose en la vida del arquitecto Frank Lloyd Wright, al que admiraba profundamente y que fue considerado como un adelantado a su tiempo por sus innovadoras ideas arquitectónicas. La novela se convirtió en un best-seller y fue la más leída por los soldados americanos durante la 2ª Guerra Mundial, pues encontraban en ella la inspiración para sobrevivir y seguir sus sueños cuando volviesen a casa. El guión de la adaptación fue escrito por la propia Rand, no sin antes hacer prometer al director, King Vidor, que no cambiaría nada de lo que ella había escrito en el producto final. También quería que los diseños arquitectónicos que aparecieran de la película fueran de su idolatrado Frank Lloyd Wright, pero el estudio vetó esa idea cuando el arquitecto exigió una gran suma de dinero por ello. Ayn Rand se empeñó en contratar a Gary Cooper como protagonista pese a que el actor tuviese 47 años y su personaje debía rodar la veintena. Cooper no logró asimilar los ideales modernos de su rol, tal es así que no quedó satisfecho con el discurso final de la película, el cual le pareció confuso. Le ofreció a Rand volver a rodarlo y ella se negó y después de todo no quedó contenta con la película, declarando que lo único bueno que tenía es que conseguiría nuevos lectores para la novela. Como consecuencia, no permitió que se realizara una adaptación de su novela más aclamada, Atlas Shrugged, al menos en lo que le quedara de vida.
Comentario: El manantial es una película única al tratar un tema tan poco explorado en el cine como es la arquitectura, y además, lo hace con una pasión tan grande que resulta inevitable pensar si los edificios son en realidad una metáfora que la autora ha construido para dar rienda suelta a su ideología política y hablar de una sociedad rígida y temerosa al cambio y a lo diferente, siendo los rascacielos de Nueva York una representación de la victoria del capitalismo, edificios vulgares y sin personalidad para el beneficio de la masa. Resulta muy extraño que una película tan crítica con la sociedad moderna y con un mensaje tan radical, individualista e independiente haya salido de un gran estudio de Hollywood. Es mucho más interesante por lo que dice, y el debate que genera en consecuencia, que por cómo lo cuenta, pues acarrea con un desarrollo dilatado y la interpretación, a veces acertada y otras veces sobreactuada, de Patricia Neal.
Próximo visionado: Los tres días del Cóndor (1975)
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