Dir.: Marc Webb
Int.: Andrew Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Dane DeHaan, Sally Field, Paul Giamatti, Colm Feore, Felicity Jones, Campbell Scott
¿De qué va?: Peter Parker lleva una vida muy ocupada, compaginando su tiempo entre su trabajo como Spider-Man y graduándose en el instituto junto a su amada Gwen Stacy. Peter no ha olvidado la promesa que le hizo al padre de Gwen de mantenerse alejado de ella, pero es algo que simplemente no puede cumplir. Las cosas cambiarán para Peter cuando aparece un nuevo villano, Electro, y regresa un viejo amigo de la infancia, Harry Osborn, al tiempo que descubre nuevas pistas sobre su pasado.
Reseña: Todos estábamos de acuerdo en que un reboot de la franquicia Spider-Man era algo prematuro y nada más que intento desesperado de Sony Pictures por revitalizar la saga tras la decepcionante tercera entrega de la trilogía de Sam Raimi y conservar sus lucrativos derechos cinematográficos. El reinicio dirigido por Marc Webb trajo cosas buenas y novedosas, como un actor protagonista más entonado y una subtrama en torno a los progenitores desaparecidos del protagonista, pero tener que volver a contar los orígenes del superhéroe sin distar demasiado de lo que vimos diez años atrás le restó la frescura que sí posee esta continuación, resultando ser la película más fiel al cómic de toda la franquicia.
Y por fiel no me refiero a que reproduzca los acontecimientos del cómic al pie de la letra, sino a que el espíritu de las viñetas se siente más presente que nunca gracias a una fotografía luminosa y colorida y a que el equilibrio entre el drama personal de Peter Parker y las hazañas de Spider-Man está más conseguido que nunca, por increíble que parezca dado un guión que intenta abarcar demasiados frentes: una historia de amor, una conspiración, revelaciones del pasado, amistades peligrosas, villanos resentidos y múltiples anticipos de lo que está por llegar en forma de cameos y ‘huevos de pascua’. Este cóctel podrá atragantársele a algunos pero a mí me ha resultado enormemente entretenido, y a diferencia de Spider-Man 3 no va a ciegas, sabe hacia dónde se dirige, no lleva sobrecarga, y captura a la perfección la ambivalencia del personaje, tanto su humor un tanto bobalicón como el drama de ser el protector de toda una ciudad siendo tan sólo un adolescente normal y corriente.
En cuestión de villanos, la película da una de cal y otra de arena. Se le ha dado demasiado protagonismo en la promoción al Electro encarnado por Jamie Foxx y aunque sí que es el enemigo principal a batir, ni finalmente tiene tanto peso ni el personaje es lo suficientemente interesante o temible debido al enfoque que le han dado al personaje de fan despechado, convirtiéndolo en una parodia. La sobreactuación de Foxx también le hace un flaco favor. Mucho más acertados han estado con Harry Osborn, a pesar de lo acelerado de su evolución, gracias a la interpretación del siempre inquietante Dane DeHaan. La aportación de Paul Giamatti como Rhino es casi anecdótica, uno de esos pequeños adelantos de la tercera parte y del spin-off sobre Los Seis Siniestros.
Lo mejor de la primera The Amazing Spider-Man sigue siendo lo más destacado de esta continuación: Andrew Garfield y Emma Stone. Él revalida como el mejor Spider-Man posible y a ambos se les nota la química que han labrado desde el anterior filme (son pareja en la vida real) porque la complicidad y el cariño que se tienen es más que evidente, y en consecuencia consiguen que la historia de amor de sus personajes, en el papel un poco mareante (que si ahora sí, que si ahora no, que si ahora otra vez sí…), se eleve y nos atrape gracias a su cercanía, la intimidad de sus momentos y el encanto natural que ella posee. Webb acierta convirtiendo a la pareja en motor y núcleo de la película y relegando a un segundo plano los villanos y la acción, esta última por cierto luciendo mucho mejor que en el anterior filme.
The Amazing Spider-Man 2 es, al igual que supuso la secuela de la trilogía de Raimi, una mejora respecto a su antecesora, ya libre de la carga de tener que contar otra vez el nacimiento del superhéroe y en vías de ganarse su apelativo de ‘asombroso’. Incluso la banda sonora sale beneficiada al sustituir a James Newton Howard por Hans Zimmer. Me mantengo escéptico en cuanto a los spin-off sobre Los Seis Siniestros y Venom (¿son realmente necesarios?) pero sí que mantengo mi interés en ver cómo evoluciona este Spider-Man tras los acontecimientos de la presente película. ¿Innecesaria? Tal vez, pero eso no significa que no sea buena. Al menos, ya ha encontrado y definido su identidad sin tener que tomar cosas prestadas de su antecesora.
8/10
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