Dir.: Leslye Headland
Int.: Kirsten Dunst, Lizzy Caplan, Isla Fisher, Rebel Wilson, James Marsden, Adam Scott, Kyle Bornheimer
¿De qué va?: Tres amigas reciben una invitación para ser damas de honor en la boda de una chica a la que ridiculizaban en el instituto. Cuando la novia insiste en que su despedida de soltera sea light, el trío se monta una fiesta particular cuyos efectos colaterales pondrán en peligro la boda de su amiga.
Reseña: Hace dos años, La boda de mi mejor amiga demostró que se podía hacer comedia femenina sin que la trama girase en torno a hombres y cursiladas. Kristen Wiig, nueva musa del humor yanqui, tomó como modelo el cine de colegas de Judd Apatow y lo adaptó al universo femenino sin perder ni un ápice de ingenio, acidez y diversión. La guionista y directora debutante Leslye Headland ha tomado apuntes y aunque su película también tenga que ver con mujeres alocadas y la planificación de una boda la historia va por otros derroteros.
Cuatro amigas de la época del instituto con roles muy diferentes, la líder, la desfasada, la deslenguada y la gorda, se reúnen para el enlace de esta última. Una combinación de cocaína y alcohol provoca que las tres damas de honor se metan en un problema que arruinaría la boda, de ahí que se vean obligadas a resolverlo la noche anterior. A lo largo de la velada resurgen las inseguridades y los conflictos sin resolver de su época de estudiante, demostrando que por mucho que crezcamos nuestros complejos siempre van a estar arraigados a nosotros. La película se ve en un suspiro y aunque empieza muy bien se va dispersando en tramas secundarias que hacen que se diluya la mala leche y el gamberrismo que llevaba por bandera.
De las tramas secundarias me quedo con el revival amoroso entre Adam Scott y una carismática Lizzie Caplan, la mejor del trío protagonista, aunque tanto Kirsten Dunst como la envidiosa y calculadora líder, e Isla Fisher como la desequilibrada del grupo tampoco están nada mal y existe muy buena química entre ellas. Por una vez, Rebel Wilson no es la que concentra los mejores gags (como pasó en la mucho peor Qué esperar cuando estás esperando) y se queda relegada a un discreto segundo plano. En definitiva, Despedida de soltera tiene buenos momentos, se ve en un suspiro, pero tampoco es nada del otro mundo. Eso sí, para ver una comedia de Sarah Jessica Parker, Katherine Heigl y demás heroínas románticas de corona floja me quedo con este trío de fiesteras calamitosas mil veces.
6/10
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