¿De qué va?: Tom Joad regresa a su hogar tras cumplir condena en prisión, pero la ilusión de volver a ver a los suyos se transforma en frustración al ver cómo los expulsan de sus tierras. Para escapar del hambre y la pobreza, la familia no tiene más remedio que emprender un largo viaje con la esperanza de encontrar una mejor forma de ganarse la vida en California, la tierra prometida.
Reputación: Una de las obras más elogiadas del influyente director estadounidense John Ford. La película está basada en la novela homónima ganadora del premio Pulitzer de John Steinbeck, que fue muy polémica en el momento de su publicación, un año antes del rodaje del filme, y resultó profundamente transgresora en su época al plasmar la prolongada depresión económica de 1929 en Estados Unidos. Henry Fonda ansiaba conseguir el papel de Tom Joad, tanto que aceptó un explotador contrato con la Fox que lo ataba durante 7 años con tal de poder dar vida al personaje. La película permitió que el actor se convirtiera en estrella del cine de la noche a la mañana aunque antes se hubiese pensado en Tyrone Power y Don Ameche para el papel.
La película fue nominada a 7 Oscars: mejor película, director, actor protagonista, actriz secundaria, guión adaptado, montaje y sonido. Al final se llevó el de mejor director, aunque Ford no fue a recogerlo, pues se había ido a la costa mexicana a pescar junto a Henry Fonda, quien no obtuvo la estatuilla pese a ser el favorito de incluso el actor que lo acabaría venciendo, James Stewart por su trabajo en Historias de Filadelfia. Quien sí lo ganó fue Jane Darwell por su inolvidable interpretación de la matriarca de la familia. Curiosamente, los estrictos censores de la Unión Soviética permitieron que la película se estrenara en Rusia, ya que mostraba la decadencia en la que se había envuelto Norteamérica durante la Gran Depresión. Sin embargo, poco tiempo después se retractaron de su decisión y la prohibieron porque el público moscovita quedaba impresionado ante el hecho de que, en América, incluso una familia arruinada y asolada por la pobreza podía darse el lujo de tener un automóvil propio.
Comentario: Si hace una semana comentaba que Plácido tenía un gran vigencia por el retrato que hacía de la sociedad española, lo mismo podría decirse de Las uvas de la ira, porque al ver la historia de esta familia americana obligada a emigrar tras ser echada de sus tierras no pude evitar acordarme del actual problema de los desahucios que están sufriendo numerosas familias españolas. Será que la historia del mundo es cíclica, o que no hemos aprendido de nuestros errores, o que la clase proletaria sigue pagando por los errores y la codicia de los que están más arriba, pero menos mal que tenemos películas como Las uvas de la ira que aun mostrando un panorama desolador son un canto a la esperanza y a la solidaridad, reflejado en la mirada melancólica de esa gran matriarca que no hace más que soñar en un futuro mejor para los suyos.
Próximo visionado: La loba (1941)
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