16/10/12

El rincón de Chechu: Joyas

Existen joyas desconocidas que de vez en cuando salen a flote y golpean nuestra rutina con el bestial ruido de un martillo. Todos conocemos esas noches en las que no hay por qué madrugar al día siguiente, y en compañía de uno o varios amigos se rastrea la web —magistral invento, mina inagotable de cualquier cosa poco seria— en busca del arca perdida. Y es que, queridos amigos, un cinéfilo no debe conformarse con ver películas normales.

Space Sharks

El disfrute de joyas está al alcance de todos los públicos: espectadores normales, que disfrutan con las mejores producciones actuales; seguidores acérrimos de Kill Bill; enamorados de El efecto mariposa y Olvídate de mí; amantes de la tortuosidad y el dolor que irradia Réquiem por un sueño. Incluso estudiantes ilusos de cine o de arte que pretenden alcanzar no sé qué extraña sublimidad. Todo el mundo, sí. A todos nos hace falta abrir de vez en cuando una Coca Cola y sentarnos en el sofá. Pinchar el icono del VLC. Y entre risas, con expectación, clic: darle al botón del play.

Poster Space SharksEntonces, Space Sharks. Una apasionante historia de amor, violencia, lucha contra los elementos y un montón de conflictos interiores. Sí, han leído bien: tiburones del espacio. Es decir, sinopsis: un grupo de científicos marinos está en una base en medio del océano haciendo investigaciones cuando, sin venir a cuento, cae una nave espacial junto a ellos, y la colisión provoca mutaciones extrañas que hacen a los tiburones blancos especialmente peligrosos contra la raza humana. Danny Lerner, con guion del incombustible Les Weldon, trazan una genialidad cuyos logros más sobresalientes son: a) los tiburones rugen igual que un león, con el mismo efecto sonoro una y otra vez; b) los tripulantes escapan de un submarino por el agujero de un torpedo y alcanzan buceando a otro submarino; c) hay una tía que está buenísima; d) las cosas explotan debajo del agua.

Poster Tiburones en VeneciaPero no se queden aquí, amigos cinéfilos: Danny Lerner tiene otra joya, titulada esta vez Tiburones en Venecia. Con guion del fantástico Weldon —repiten tándem, los genios—, pueden imaginarse el plan. Pero es que además, como dijo un compañero mientras nos deleitábamos con esta nueva obra que voy a mencionar, han creado escuela: Alerta tiburones, de James A. Contner. Una película al uso, con el hecho extraordinario de que esta vez los tiburones cazan en manada y son del tipo martillo. Hay rubias (está Daryl Hannah) y hostias por doquier. Surfistas cachondas que se meten en el agua porque los súper científicos que saben lo que ocurre no dicen nada a la población, quizá para que pueda celebrarse la fiesta del mar que está a punto de tener lugar en el muelle y que va a inaugurar el alcalde, con un montón de niños y niñas en bañador, preparados para darse un chapuzoncillo en medio de los tiburones martillo asesinos que cazan en manada. Y claro: los peces aquí también rugen. Pero no sólo como leones, sino con el mismo (¡!) efecto sonoro que en las películas de Lerner. Es decir, el mismo puñetero rugido. Quizá, como decía mi compañero, un guiño al maestro.

Aztec Rex

Dejando a un lado los tiburones, también hay otras joyas perfectas para ser disfrutadas una noche de viernes. Por ejemplo, Aztec Rex. Ahora el tema va de dinosaurios. En medio de la conquista de América por parte de los españoles, entre la población azteca (las indias parecen sacadas de anuncios de Channel, pero en moreno) hay un bicho que causa terror: un tiranosaurio. Ya en la primera escena vemos un sacrificio en el altar de los que van a ser subyugados, y de pronto observamos cómo un muñeco de dinosaurio se acerca desde la parte de abajo del encuadre para comerse al hombre sobre la piedra. Es decir: metieron un juguete muy cerca de la cámara para que pareciese grande. Palabra. Y es que decir que después los españoles le disparan al Rex (diseñado con efectos de Play Station original) y le rebotan las balas de cañón en el cuerpo, pues para qué. Si ya en el primer plano el cerebro del espectador queda hecho trizas por todas partes.

Troll 2

Luego está Troll 2, de la que supongo habrá una primera parte, y que trata sobre unos duendes malignos que viven en un pueblecito y se comen a una familia de alegres estadounidenses, de los que sólo comprende el peligro real el niño pequeño, al que se le aparece su abuelo muerto para ponerlo sobre aviso de lo que va a ocurrir. Hay una jovenzuela rebelde y semi-erótica, su estúpido novio y sus colegas, chicas corriendo semidesnudas por el bosque, brujas góticas en plan Tim Burton y muchas, muchas caretas de duendes enanos. Lo que recuerda a Leprechaun 4: In Space, donde el fantástico monstruito irlandés se va al espacio a recuperar a su princesa, que se ha refugiado en una nave espacial con el cuerpo de marines de los Estados Unidos.

Leprechaun 4 In Space

Así que ya ven, amigos cinéfilos, cuántas joyas pululan por ahí, escondidas y sigilosas, esperando la mano que las recoja y las disfrute, y les otorgue la atención que merecen. Cuando estén aburridos y quieran echarse unas risas, vayan a Youtube y tecleen el nombre de alguna de estas películas. Vean los tráilers. Automáticamente les saldrá, en vídeos relacionados, una lista de otros tesoros, a cada cual mejor que el anterior. Elijan a su gusto y placer. No hay nada mejor que sentarse a ver una buena mierda y reírse de ello. Si el espectador es consciente de lo que está viendo, todo sea bienvenido.

1 comentario:

Cristina Riveira dijo...

¡Pues qué bien os lo habréis pasado viéndolas! jajajaja...