¿De qué va?: Extenuado por el ritmo frenético de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale en busca de una nueva forma con la que ganarse la vida en compañía de una joven huérfana a la que conoce en las calles.
Reputación: Charles Chaplin dirige, escribe, monta, protagoniza y compone la banda sonora de Tiempos modernos, filme que supuso la última aparición en pantalla del mítico Charlot. A pesar de que el sonido ya llevaba diez años operando, Chaplin tan sólo empleó música y efectos sonoros. Las voces humanas sólo aparecen en segundo plano, filtradas a través de radios y altavoces. Al final de la película puede escucharse la voz de Chaplin cuando canta una versión de la canción Je cherche après Titine de Léo Daniderff, pero con una letra sin sentido, conocida como Charabia, cuyos sonidos son una mezcla entre francés e italiano y con palabras reconocibles en inglés. La película muestra escenas de corte futurista dentro de la fábrica en la que trabaja Charlot que podrían haber sido influenciadas por el filme Metrópolis de Fritz Lang, sin embargo, a Chaplin le cayó una demanda por plagiar cosas de Viva la libertad de René Clair. Éste, por cierto, no estaba conforme por la admiración que le profesaba a aquel, pero la insistencia de la productora Tobis consiguió que se les pagara una modesta suma para que el tema quedara definitivamente zanjado. Tiempos modernos fue prohibida en Alemania e Italia por considerarla propaganda comunista. Rusia, sin embargo, la interpretó como propaganda capitalista. En Estados Unidos tampoco tuvo una buena acogida por parte de la prensa más conservadora, desde entonces Chaplin fue puesto bajo vigilancia del FBI.
Comentario: Una vez más, Charles Chaplin sacó petróleo humorístico de un tema muy serio: las condiciones deplorables a las que se veían sometidos los trabajadores en las fábricas de producción en cadena. Desde el plano inicial en el que se ve un rebaño de ovejas que se transforma en los obreros llegando a su lugar de trabajo, Chaplin hace gala de la sátira con la que aborda no sólo este aspecto sino todo el ambiente de crispación que se vivía en la sociedad de aquella época. Además de la gran labor como hombre orquesta de Chaplin, conviene destacar la actuación de Paulette Goddard, su pareja por aquel entonces, y que aquí luce especialmente atractiva. Las escenas que transcurren en la fábrica no son los únicos grandes momentos del filme, yo me quedo con toda la secuencia del restaurante y con el bonito y esperanzador desenlace.
Próximo visionado: Cabaret (1972)
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