¿De qué va?: Un veterano policía se pone al cargo de la investigación de la muerte de una joven y bella modelo encontrada ahogada en su bañera. Con la ayuda de varios policías y detectives, va desenmarañando la trama que hay escondida detrás del asesinato.
Reputación: Jules Dassin fue un director estadounidense de origen judío-ruso que tras haber sido incluido en la lista negra de Hollywood durante el Macarthismo tuvo que exiliarse a Francia, donde continuó su carrera cinematográfica con aclamadas producciones como Noche en la ciudad y Rififi. Una de sus últimas películas antes de sufrir la caza de brujas fue La ciudad desnuda, thriller policiaco de estilo semidocumental y filmado en localizaciones reales de la ciudad de Nueva York, absoluta protagonista de la película. De hecho, la película comienza con imágenes de la Gran Manzana mientras una voz en off nos avisa de lo que vamos a ver, voz que pertenecía a uno de sus productores, Mark Hellinger, que murió antes de que se estrenara el filme. Fue galardonada con dos Oscar en las categorías de montaje y fotografía y desde el año 2007 ha sido preservada en el Registro Nacional de Filmes de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por ser considerada cultural, histórica y estéticamente significativa. Los creadores del videojuego L.A. Noire reconocieron La ciudad desnuda como una de sus grandes influencias, aunque la película está ambientada en Nueva York y el juego en Los Ángeles. De hecho, un caso de L.A. Noire lleva su nombre y está inspirado en ella.
Comentario: Al principio parece que la voz en off nos va a estorbar durante toda la película, pero sólo hace alguna que otra intervención en calidad de ente omnipresente que observa los acontecimientos desde arriba. La ciudad desnuda es una muy buena pieza de género negro por el realismo con el que enfoca la investigación policial, con sus pistas falsas, callejones sin salida, testigos sospechosos y demás. En cierta parte, es algo parecido a lo que hizo David Fincher en Zodiac pero más condensado. Al estar centrada en la investigación y en la propia Nueva York no profundiza demasiado en los personajes y no hay ninguno que resulte especialmente interesante, salvo el protagonista, Barry Fitzgerald, que como buen inquisidor cuenta con un buen arsenal de comentarios ingeniosos para sentenciar una situación e impedir que los sospechosos se pasen de listos.
Próximo visionado: La cosa (1982)
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