Int.: Josh Wiggins, Darren Mann, Taylor Hickson, Maria Bello, Kyle MacLachlan, Olivia Scriven, Niamh Wilson, Hailey Kittle
¿De qué va?: Dos adolescentes, mejores amigos desde la infancia, ven cómo su relación y la que tienen con sus familias y amigos da un vuelco tras un inesperado incidente durante la noche del diecisieteavo cumpleaños de uno de ellos.
Reseña: Recuerdo con mucho cariño las películas y series de televisión con las que crecí entre los años 90 y los 2000, pero también me gusta mucha de la ficción juvenil que se hace hoy en día, más abierta a representar la diversidad que en aquel entonces, cuando aún se estaban dando los primeros pasos. Aún así, resulta complicado encontrar producciones que se esfuercen por transmitir un mensaje positivo y de inclusión sin que caigan en el paternalismo, el didactismo forzado o el buenismo, y es algo completamente comprensible, porque hay temas que son complicados de manejar con el tono correcto y de forma honesta y respetuosa. No obstante, he aquí Giant Little Ones, un largometraje que sale plenamente airoso de meterse en el fango de la sexualidad adolescente, yendo más lejos que la mayoría de las películas de temática LGBTIQ+.
Keith Behrman dirige y escrine esta historia que se centra en Kyle, un chaval que, en la noche en la que cumple 17 años, tiene un incidente de erótico resultado con su mejor amigo. Lo que tendría que haberse quedado en la intimidad de dos colegas pronto pasa a estar en la boca de todos sus compañeros de instituto e incluso de sus familiares, por lo que Kyle se ve forzado a tomar una postura sobre lo sucedido cuando en realidad no hacía falta. Además de abordar el descubrimiento de la orientación sexual, el film también abarca las secuelas que deja el abuso y la identidad de género, y todo lo hace de manera ejemplar. No hay ni grandes discursos ni lecciones, tan solo sencillez y naturalidad al evidenciar, tanto que con 17 años no tienes por qué saber aún quién eres ni lo que quieres, como lo importante que es curiosear y experimentar para disfrutar de una sexualidad sana, así como que un trauma se puede superar con ayuda y afecto, sin dramatizar con lo larga que puede ser la recuperación.
El elenco de la película se nutre de jóvenes talentos, hasta ahora poco conocidos pero muy correctos todos y cada uno de ellos. Maria Bello y Kyle MacLachlan dan vida a los padres divorciados de Kyle, y aunque su presencia es motivo de alegría, se echa en falta que la película dedique algunos minutos a la particular dinámica familiar que tienen sus personajes. Al hablar de Giant Little Ones se suele nombrar mucho a Euphoria, y aunque ambas compartan ese interés genuino por capturar el desasosiego adolescente, la serie de HBO es una propuesta mucho más radical y extrema (e igualmente recomendable). En cambio, la película de Behrman es la mesura y la calma, algo así como un cálido abrazo que transmite la sensación de que todo va a ir bien, y ese es un mensaje muy necesario para todos aquellos adolescentes preocupados por no saber dónde encajar ni qué etiqueta les representa más. Como bien decía Greta Gerwig en Mistress America (2015), “No existe el adulterio cuando tienes 18. Deberíais estaros tocando los unos a los otros todo el tiempo”.
7’5/10
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