¿De qué va?: ‘La Gaviota’ es un caserón situado en las afueras de una ciudad al norte de España. En ella viven Agustín, médico y zahorí, su mujer, maestra represaliada por el franquismo, y su hija Estrella. La niña va creciendo y se encuentra fascinada por su padre, al cual observa en todo momento, pero al que no comprende en absoluto. Hasta el día que lo encuentra sentado en un café y empieza a descubrir el secreto que esconde.
Reputación: El segundo largometraje de Víctor Erice, El sur, es fruto de la relación que mantuvo con la escritora Adelaida García Morales, pues la película es una adaptación cinematográfico de un relato escrito por esta. Erice considera que la película está inacabada: el guión original contenía más de 400 páginas y fue programado para rodarse en 81 días. Tras 48 días de rodaje, cuando la producción tenía que moverse del norte al sur de España, el productor Elías Querejeta suspendió el rodaje para sorpresa de todos, alegando objeciones financieras por parte de Televisión Española, que ponía buena parte del dinero. Sin embargo, Querejeta reveló años después que tomó la decisión porque para él la película ya estaba terminada con lo que se había rodado, una idea reforzada por el gran éxito que tuvo en su presentación en el Festival de Cannes y los premios recogidos en lugares tan variopintos como Chicago, Burdeos y Sao Paulo.
Comentario: El sur es una obra inacabada, pero como tal es maravillosa. No soy fan de Víctor Erice, pese a que en el máster de cinematografía que estoy cursando todos mis profesores no paren de nombrarlo y El sur vaya a ser la piedra angular de mi TFM. Por eso por poco me puse a rezar para que me gustase más que El espíritu de la colmena, de la cual aprecio sus virtudes pero que me atravesó sin dejar huella (le debo un segundo visionado, sin prejuicios), pero por suerte me gustó mucho más. El sur es la historia de una cría que se hace mayor de forma paralela a la relación que mantiene con su padre: de pequeña, se siente fascinada por su carisma y el misterio que le rodea, pero cuando empieza a desvelar sus secretos la niebla en torno a su figura se vuelve más densa, sintiéndose cada vez más distante y decepcionada con él. Tal vez esa segunda parte de la película que nunca se rodó habría traído la luz y la armonía, pero con su ausencia el discurso cambia, encontrándonos con un filme melancólico en el que la esperanza es una incógnita más de las fotografías del sur y que extrae belleza de los silencios, las luces tenues, del gris del paisaje y de las emociones y del cambio de estación de verano a otoño que supone el fin de la inocencia y el comienzo de la madurez.
Próximo visionado: Umberto D. (1952)
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