Dir.: Clint Eastwood
Int.: Bradley Cooper, Sienna Miller, Luke Grimes, Jake McDorman, Kyle Gallner, Keir O’Donnell, Eric Close, Sam Jaeger, Owain Yeoman
¿De qué va?: El tejano Chris Kyle batió el récord de muertes como francotirador del ejército norteamericano durante la guerra de Irak, pero la noticia de sus hazañas llegó hasta filas enemigas, donde le pusieron precio a su cabeza y se convirtió en objetivo prioritario de los insurgentes. Pero cada vez que volvió a casa, con su mujer y sus hijos, Chris no podía dejar atrás la guerra.
Reseña: Enero no es mes de taquillazos pero este año se ha producido el gran bombazo sorpresa de El francotirador (American Sniper). Nadie lo esperaba porque las películas sobre el 11S y la guerra de Irak nunca han funcionado demasiado bien en taquilla, ni siquiera en la americana, pero ésta cuenta con algo que no tenía ninguna de aquellas: un gran héroe yanqui, con nombre y apellidos, reconocible e identificable. Chris Kyle era un ciudadano normal y corriente que se alistó en el ejército porque quería ayudar a su país, nada más y nada menos, y todos sabemos el orgullo y respeto que siente el pueblo americano por sus soldados.
Clint Eastwood no busca lecturas políticas en la figura del francotirador simplemente porque no las hay. Kyle luchó en la guerra para proteger a sus compañeros y se hizo famoso por tener mejor puntería que nadie. Ahí es donde el veterano cineasta quiere indagar, en el peso que puede tener una gran reputación en un hombre que tan sólo está cumpliendo con su trabajo, y de forma muy eficaz. El problema es que todas las cuestiones que se sacan a colación de la vida de Kyle ya las hemos visto en otras películas bélicas en general y sobre la guerra de Irak en particular, como La noche más oscura, En tierra hostil, Regreso al infierno, Tipos con suerte… Todas ellas hablaron, unas mejor que otras, sobre el subidón de adrenalina que se experimenta en el campo de batalla, la pérdida de compañeros, la obsesión por continuar luchando, la inadaptación de vuelta a la patria… Entonces, ¿qué tiene de novedad El francotirador que no tengan en esas películas, aparte del héroe real? Nada, a mi modo de ver.
Eastwood resuelve con su eficacia y brío característicos las secuencias bélicas, con algunas imágenes realmente crudas, pero el francotirador rival de Chris Kyle tiene poco peso como némesis; nada que ver con el extenuante enfrentamiento de los francotiradores rivales de Enemigo a las puertas, estupenda película por cierto. Por su parte, las secuencias que se producen en Estados Unidos no se salen de lo obvio de la paranoia y la ansiedad que siente Kyle respecto a lo que ha vivido en Irak. Sienna Miller interpreta con convicción a su esposa, pero justo en la escena en la que más puede lucirse como actriz la atención se desvía al bebé falso que sostiene Bradley Cooper en sus brazos, moviéndole la manita con disimulo para que no se note tanto, aunque resulta evidente y nos saca totalmente de la película. Epic fail.
En El francotirador salen ganando Clint Eastwood, pues firma el mayor éxito de su carrera y su película más potable desde Invictus, y Bradley Cooper, que se afianza como un actor realmente sólido con una interpretación sobria y potente sin recurrir a escenas diseñadas para ganar el Oscar. Por lo demás, un retrato bastante plano de una persona que quizás también fuese bastante simple, y quizás por ello esta película ha causado furor entre la comunidad americana, pues le falta aristas y matices para indagar en los aspectos éticos de una invasión justificada a través de argumentos falsos y alimenta al espíritu patriótico.
5/10
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