El arte de perder

Dir.: Richard Glatzer, Wash Westmoreland
Int.: Julianne Moore, Alec Baldwin, Kristen Stewart, Kate Bosworth, Hunter Parrish, Stephen Kunken, Shane McRae
¿De qué va?: Alice Howland, felizmente casada y con tres hijos ya crecidos, es una renombrada profesora de lingüística que empieza a olvidar palabras. Cuando recibe un diagnóstico devastador, Alice comienza a luchar para seguir siendo ella misma.

Reseña: Las devastación ocasionada por la enfermedad del Alzheimer ha sido abordada en varias películas, casi siempre desde el punto de vista del que presencia, impotente, el deterioro de la persona amada, como ese pobre anciano que veía cómo su esposa se olvidaba de él para enamorarse de otro en Lejos de ella. Pero pocas películas la han tratado en primera persona, exceptuando al género documental. Siempre Alice combina ambas perspectivas, la del enfermo y la de su familia y, tal vez no sea la película definitiva sobre el Alzheimer, pero es un retrato íntimo y bienintencionado que se sostiene principalmente en el trabajo de su actriz protagonista.

Julianne Moore interpreta a una profesora de lingüística que, ironías de la vida, empieza a olvidar las palabras que han sido el objeto de estudio de su carrera profesional. Al descubrir que padece un Alzheimer prematuro, lucha para atenuar los efectos de la enfermedad al tiempo que su marido y sus tres hijos afrontan la noticia de distinta manera. Por momentos, la película resulta convencional y sensiblera, y en otros, acierta en su enfoque al delegar todo la responsabilidad a su protagonista, como la escena de la primera cita con el médico, con la cámara fija frente a la actriz, sin contraplano alguno. A pesar de su realización algo televisiva, no se cargan las tintas más de lo necesario en el drama, lo cual será decepcionante para aquellos que necesiten gritos y llantos continuos para sentirse conmovidos.

Y volvemos a la principal razón de ser de esta película: Julianne Moore, y es que Siempre Alice es un vehículo para su lucimiento sin intención de serlo. No tiene demasiadas escenas que auguren un Oscar desde el guión, pero Moore realiza un trabajo contenido y cargado de matices que exterioriza muy bien el cambio y la lucha que se está produciendo en el interior de su personaje. No se trata de una de las interpretaciones más memorables y contundentes de la actriz, pero pocas compañeras de profesión serían capaces de dotar a Alice de la serenidad, belleza y delicadeza implícitas en su labor, asimismo, generosa, pues en vez de comerse a sus compañeros de reparto se apoya en ellos, dejando espacio para que Alec Baldwin y Kristen Stewart, secundarios con mayor peso en la trama, también destaquen.

Siempre Alice es un drama sencillo y honesto que no termina de profundizar en temas espinosos, como la posible herencia genética de la enfermedad de Alice a sus hijos. Conmueve pero difícilmente dejará huella en aquellos que no conozcan la enfermedad de cerca, siendo recordada fundamentalmente por ser la película que logró que al fin se le concediera a Julianne Moore todo el reconocimiento que llevaba mereciendo desde hace mucho tiempo.

6’5/10