¿De qué va?: Un joven ingeniero español que es profesor en la Universidad de Oklahoma regresa a España para pasar un año sabático. Junto a su padre, llega a un remoto pueblo de la montaña que en pocos días celebra sus elecciones anuales para designar alcalde, cura, maestro y puta de la localidad.
Reputación: Este año se celebra el 25º aniversario del estreno de Amanece que no es poco, por lo que su director, José Luis Cuerda, ha aprovechado para publicar un libro en el que cuenta las vicisitudes del desarrollo del proyecto (que era para serie de televisión antes de ser rechazado) y anécdotas del rodaje, acompañadas del guión original, con escenas que no se incluyeron en el montaje final, y fotografías del set. En su vigésimo aniversario, el gobierno de Castilla La Mancha organizó una ruta por los pueblos donde se rodó el filme: Ayna, Liétor y Molinicos. Además, cada cierto tiempo un grupo de fans se reúne en alguna de las localizaciones para representar sus escenas y hacer proyecciones. Fue nominada a tres premios Goya (guión original, sonido y efectos especiales) y salió elegida como la mejor película española de los últimos 60 años en una encuesta realizada durante la última Semana Internacional del Cine de Valladolid, quedando Los santos inocentes y Plácido en segundo y tercer lugar respectivamente.
Comentario: Amanece que no es poco es la película española de culto definitiva y lo más cerca que hemos estado al humor de los Monty Pyton. Lo tiene todo: una historia increíblemente surrealista y libre, un reparto coral en estado de gracia (no creo que Antonio Resines haya estado nunca mejor que aquí), personajes fácilmente reconocibles de la demografía patria y unos gags que son oro puro del disparate y la mala leche; políticos, negros, curas, maltratadores, putas… nadie se libra. Hay tantos chascarrillos y algunos son tan abstractos que puede que no nos percatemos de todos ellos, pero los mejores son de esos que permanecen en la memoria. Escenas como la reunión de mujeres para elegir a la nueva puta del pueblo y frases como “He venido para hablarle de Dostoievsky” o “Pues yo creo que me voy a sacar la chorra” son de lo mejorcito de la historia del cine español. Maravillosamente absurda, lástima que ya no se hagan películas así.
Próximo visionado: El caso de Thomas Crown (1968)
1 comentario:
Un saludo de los #Amanecistas
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