El Sida se detectó por primera vez a comienzos de la década de los 80 en los Estados Unidos, siendo considerado como una enfermedad que sólo afectaba a la comunidad homosexual, lo cual provocó que las autoridades no le prestaran la atención necesaria ni se destinaran fondos suficientes para su investigación, hasta que comenzó a expandirse por el mundo, afectando a personas sin distinción de género, raza o condición sexual. The Normal Heart está basada en una obra de teatro de Larry Kramer que recoge los primeros años de lucha de un grupo de activistas y médicos por hacer ver a la sociedad el alcance de la terrible enfermedad.
La televisión por cable americana, concretamente la HBO, está siendo el refugio de aquellas películas cuya temática resulta demasiado ‘gay’ para el cine. Pasó el año pasado con el biopic de Liberace, Behind the Candelabra, pues la cadena fue la única dispuesta a sacar adelante el proyecto de Steven Soderbergh, y ha vuelto a ocurrir con The Normal Heart, a pesar de estar dirigida por Ryan Murphy, creador de Glee y American Horror Story, y contar con un reparto encabezado por dos estrellas de cine como son Mark Ruffalo y Julia Roberts. Si de ciertas películas decimos que están concebidas especialmente para acaparar Oscars, The Normal Heart podría ser su homóloga en los Emmys. Todo en ella parece dispuesto para dicho objetivo: actores, guión, temática, relevancia histórica… incluso las críticas al otro lado del charco la han respaldado. Los ingredientes son idóneos, pero el resultado final… no termina de cuajar.
Y es que tras un comienzo prometedor y tremendo que va directamente al grano, la película se enreda en discusiones y gritos hasta extenderse en unas dos horas que terminan haciéndose pesadas. El histerismo se adueña de la pantalla y la potente interpretación de Mark Ruffalo se diluye a la cuarta escena en la que grita, se enfada y patalea, poniendo nerviosos tanto al resto de personajes como a los espectadores. El origen teatral de la historia es evidente, pues se han mantenido varios monólogos de la obra que en el filme parecen colocados para que, sin ir más lejos, Julia Roberts, en su maravilloso registro de amargada revelado en Agosto, pueda tener una escena para su lucimiento personal. El único que no se deja la voz gritando del elenco es Jim Parsons, quien además goza del monólogo más rescatable del guión.
The Normal Heart tiene varias cosas rescatables, buenas intenciones, momentos de una gran fuerza, a Taylor Kitsch dando la sorpresa al realizar el papel más mesurado de una obra en la que todo tiende al exceso (Matt Bomer tampoco está nada mal), y una lograda sensación de derrotismo, pues pocos son los triunfos que consiguen estos personajes que asisten, impotentes, cómo sus seres queridos se van consumiendo mientras el mundo les da la espalda. Todo lo demás resulta redundante, academicista y emocionalmente manipulador. Dallas Buyers Club consiguió mucho más sin intentar ganarse nuestra simpatía y angustia tan a saco como esta película que, a pesar de todo, logrará su propósito y arrasará en premios televisivos, pero pocos se acordarán de ella el año que viene.
5’5/10
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