¿De qué va?: Doc Erwin Riedenschneider acaba de salir de la cárcel, donde ha cumplido condena por robo y extorsión. En cuanto recupera la libertad, su cerebro ya está planeando nuevos asaltos. En esta ocasión, se rodea de otros delincuentes con el objetivo de atracar una joyería y hacerse con un botín superior al millón de dólares.
Reputación: Tras realizar un hito cinematográfico como El halcón maltés y cumplir con su país como cineasta durante la 2ª guerra mundial, John Huston regresó al gran cine con El tesoro de Sierra Madre, al que siguió poco después otro gran éxito de los años 40, Cayo Largo. Sin embargo, tras rodar otras películas, Huston pasó por un complicado divorcio que lo dejó en una precaria situación económica. Por ello, firmó un aparentemente jugoso contrato (luego no resultó ser así) con la Metro Goldwyn-Mayer que alivió su situación y le puso al frente de Quo Vadis, aunque el proyecto fue pospuesto y Huston aprovechó para desentenderse del mismo. Fue así como llegó a encargarse de la adaptación cinematográfica de la novela The Asphalt Jungle de W.R. Burnett, cuyo guión escribió él mismo junto a su colega Ben Maddow y sin dejar de consultar al propio escritor.
En el momento de su estreno, la película causó indignación en ciertos sectores de la crítica, los cuales consideraron de mal gusto que se buscara empatía emocional con los protagonistas, unos delincuentes. Huston replicó: “Las personas que consideran inmoral el filme tienen miedo de lo que la película despierta en ellos. Se sienten criminales porque comprenden el estado de ánimo y las motivaciones de los criminales”. En su paso por el Festival de Venecia, el filme ganó el premio de mejor actor para Sam Jaffe, quien también recibió una candidatura al Oscar de mejor actor secundario, al igual que Huston por mejor dirección y en los apartados de guión y fotografía en blanco y negro.
Comentario: Jungla de asfalto es una suerte de cine negro crepuscular, además de ser el reverso oscuro de las ahora muy populares películas sobre atracos, pues su protagonistas son unos delincuentes abatidos, unos perdedores en busca de una nueva oportunidad en la vida que llega en forma de último gran golpe, aunque como siempre pasa en estos casos, los planes nunca salen como se espera. A destacar de la película la fotografía en blanco y negro, que retrata perfectamente el ambiente desasosegante y taciturno de la historia (sin banda sonora que lo respalde); un reparto espléndido en el que despunta el anciano Sam Jaffe y la presencia casi anecdótica de la despampanante Marilyn Monroe; la dirección de Huston, la forma en la que mueve y coloca la cámara es brillante (véase la escena del tocadiscos en el bar, mi favorita); y por último un notable guión que contiene perlas como “El crimen es la consecuencia de un concepto equivocado de la vida”. El desenlace ya es como para quitarse el sombrero si no se había hecho antes.
Próximo visionado: La noche del cazador (1955)
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