Si una película indie americana pasa desapercibida en su país de procedencia su exportación al resto del mundo se tornará muy complicada. Lo más probable es que pase por las carteleras sin pena ni gloria o que vaya directamente al mercado doméstico, en ambos casos con mucho retraso respecto a su estreno norteamericano. Management y Gigantic son dos comedias románticas independientes que datan del 2008, son de directores debutantes, tienen repartos atractivos y han aparecido por sorpresa tres años después en las estanterías de los pocos videoclubs que quedan, o ni eso, porque Management ha sido retrasada en el último momento. Y luego se preguntan por qué recurrimos a las descargas ilegales…
Sue es una vendedora de arte barato que durante su estancia en un motel conoce al encargado de mantenimiento, Mike, hijo de los propietarios del establecimiento. Tras un pequeño acto carnal que no significa nada para ella, Mike se enamora sin remedio y decide seguirla por todo el país.
Es una lástima que Management, ópera prima del guionista y dramaturgo Stephen Belber, haya pasado tan inadvertida a diferencia de las burdas comedias románticas que estrena Jennifer Aniston con gran éxito cada cierto tiempo. Con esta película la eterna Rachel Green retoma esos papeles que le ha brindado el cine independiente (The Good Girl, Amigos con dinero) para distanciarse de ese prototipo de heroína romántica al que se ha acomodado. Además, crea una química con el infravalorado Steve Zahn mucho más interesante y atractiva que la que ha tenido con otros de sus partenaires como Adam Sandler o Gerard Butler. Management gira en torno al choque de personalidad entre ambos personajes, la forma en la que él va rompiendo el muro que ella ha construido a su alrededor para mantenerse separada del mundo, al tiempo que cada uno intenta madurar en vano a su manera.
No es una película de muchas risas ni de gran calado dramático pero consigue enganchar por el carácter entrañable de la relación de los protagonistas, como en una de las mejores escenas del filme, en la que Aniston le da una inyección de realismo a Zahn entre lágrimas. No obstante, Management también congrega algunos ‘tics’ del cine indie, caso de varias marcianadas o de Woody Harrelson haciendo de sí mismo (¡otra vez!), pero la verdad es que sin ser nada del otro mundo es una película bastante peculiar y curiosa de ver.
6/10
Un chico que desde pequeño tiene el deseo de adoptar un niño chino, una tienda de colchones, un padre anclado en los años 60, un vagabundo psicópata, un orondo judío con problemas de espalda, una chica con miedo a madurar… Son algunos de los ingredientes de Gigantic, una comedia indie dirigida por el desconocido Matt Aselton que lamentablemente se queda en medio de la nada.
Y es que después de haberla visto no me ha quedado muy claro qué pretendía contar el director. A la trama romántica no se le da la envergadura necesaria y las demás subtramas quedan demasiado dispersas, sin que desemboquen en algo que tenga un sentido completo. Se esfuerza demasiado en transmitir extravagancia por los cuatro costados pero se olvida de dar consistencia a la historia.
La pareja protagonista es atractiva, pero hemos visto a ambos haciendo mejores versiones de los mismos personajes en otras películas: Zooey Deschanel en (500) días juntos y Paul Dano en Pequeña Miss Sunshine, donde tenía más carisma que en ésta aunque se pasara casi toda la película sin abrir la boca. Gigantic tiene algunas cosas rescatables pero en general es un batiburrillo de rarezas y pijadas que no conducen a ninguna parte.
4’5/10
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