Dir.: Jason Reitman
Int.: Adam Sandler, Rosemarie DeWitt, Jennifer Garner, Dean Norris, Judy Greer, Ansel Elgort, Kaitlyn Dever, Olivia Crocicchia, Travis Tope
¿De qué va?: Un grupo de estudiantes de instituto y sus padres intentan asimilar las maneras en que Internet ha cambiado sus relaciones, sus comunicaciones, la imagen de sí mismos y sus vidas amorosas.
Reseña: A estas alturas del partido, resulta innegable que los avances en la tecnología de la comunicación de los últimos diez años han cambiado nuestra forma de relacionarnos. Nunca hemos estado tan conectados entre nosotros y ensimismados con la imagen que transmitimos al resto del mundo. El otro día presencié horrorizado cómo un grupo de quinceañeros no paraba de sacarse selfies con poses a cada cual más ridícula en un restaurante de comida rápida, y tampoco es raro ver en lugares públicos a parejas o grupos de amigos que en vez de hablar entre ellos están cabizbajos escribiendo compulsivamente en sus móviles. Seguramente, Jason Reitman ha vivido una experiencia similar, y por ello habrá pensado que era una buena idea adaptar al cine la novela Hombres, mujeres y niños de Chad Kultgen.
La película indaga en las vidas de varias familias de clase media-alta norteamericana y cómo las redes sociales, los videojuegos, Internet y demás productos de la tecnología moderna afectan a sus relaciones interpersonales. Así, se nos presenta a un matrimonio que busca en webs de contactos la pasión que ya no existe entre ellos, a una madre sobreprotectora y exagerada que invade la privacidad de su hija, a una cría bulímica que busca comprensión en un foro o a un adolescente adicto a la pornografía virtual. Se trata de casos más o menos reconocibles, con algún que otro apunte interesante, pero abordados de forma esquemática y superficial, dirigidos hacia una conclusión tremendista en algunos casos y estática en los demás, sin apenas avance respecto a lo que la narración aséptica de Emma Thompson (un recurso que no termina de encajar) nos presenta al comienzo de la historia.
Parece que Reitman ve más aspectos negativos que positivos de la era digital y que piensa que ésta nos ha pervertido, cuando a lo mejor sólo ha puesto facilidades a los anhelos que hemos tenido siempre. ¿Acaso la infidelidad no existía antes de la aparición de Internet? Y tampoco profundiza en las causas y los motivos del comportamiento de sus personajes más allá de señalar con el dedo a la tecnología moderna. Con este panorama, poco puede hacer su reparto coral para enseñar la cara B de sus roles. La corrección predomina tanto en el sector adulto del elenco como en el juvenil, incluyendo al infame Adam Sandler, pero disponen de poco margen de maniobra y escaso material para su lucimiento interpretativo.
Hombres, mujeres y niños es una especie de American Beauty de la era digital pero mucho más simple y superficial. Al menos, sus dos horas de metraje resultan muy entretenidas, pero resulta muy inocua y fallida teniendo en cuenta la ambición que evidencia en su prólogo existencialista. Al discurso/sermón de Jason Reitman le falta distancia irónica y resulta casi tan alarmista como esa madre que encarna Jennifer Garner y que parecer estar suscrita a la revista de castigos modernos que tenía Marge en un capítulo de Los Simpsons. Ya es el segundo paso en falso del director tras la también blandita Una vida en tres días. Como no arregle la brújula en su siguiente proyecto, tal vez hayamos perdido al genial director de cuatro grandes películas como fueron Gracias por fumar, Juno, Up in the Air y Young Adult para siempre.
4’5/10
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