Ayer tenía que haber sido el último día de la 4ª edición del Festival de Cine Gastronómico CineEsCena… y digo tenía, porque el temporal de agua y viento que ha azotado las Islas Canarias este fin de semana ha provocado no sólo la suspensión de las actividades de la última jornada del festival, sino también la Gala de Clausura que se iba a celebrar la noche anterior. Una auténtica pena, para mí personalmente incluso, puesto que había estado organizando el tema de las invitaciones a la ceremonia, entre otras muchas cosas, desde hace varias semanas. En principio me enrolé en el festival como miembro del jurado popular, pero al final me picó el gusanillo de implicarme más y a pesar de la mala experiencia eslovena, decidí trabajar como voluntario para la organización del festival.
Para ser un festival tan pequeño, CineEsCena está cargado de actividades: además de la sección oficial de largometrajes, cortos y documentales a competición hay diferentes secciones, como el concurso Despertares, en la que chavales de numerosos colegios presentan cortos con una temática en común y reciben galardones tanto de un jurado oficial como de sus propios compañeros. También hay una retrospectiva a un director destacado, en esta ocasión fue el hongkonés Wong Kar-Wai, ciclos de cine canario y de cine restaurado, e incluso una maratón denominada Fuera de Carta de películas y cortos de terror y serie B con una visión bastante bizarra de la alta cocina.
Cada año se escoge un país cuyo cine y gastronomía es el centro de varias proyecciones y degustaciones gastronómicas; este año ese país fue la India. Por tanto, que el premio a mejor película tanto del Jurado Oficial, presidido por la actriz Carolina Bang, como el del Jurado Popular, haya ido a parar a The Lunchbox, una producción hindú, resulta algo totalmente lógico, aunque no ha sido para ir a juego con la temática de la edición, pues como secretario del jurado popular puedo afirmar que fue la película que más gustó a los miembros. El filme, dirigido por Ritesh Batra y protagonizado por Irrfan Khan (La vida de Pi) y Nimrat Kaur (Homeland) narra la relación que se establece entre una ama de casa aburrida y un solitario oficinista a través de un sistema de transporte de comida que le entrega a él por error el almuerzo que iba dirigido al marido de la primera.
El jurado popular también entregó una mención especial a la estupenda Perfect Sense (reseña) por “su original modo de retratar que la cultura del exceso que hemos construido nos está conduciendo a la completa desaparición de una vida plena”. No hubo tanto consenso en la entrega del premio a mejor cortometraje: mientras que el jurado oficial destacó como vencedor a Clóset, otorgando la mención especial a Autómatas, el popular premio a Wurst, una simpática y crítica historia animada protagonizada por una salchicha sofisticada, además de entregar una mención especial ‘ex-aequo’ a Claudiu & The Fish y Carne, puesto que ambas abordan la defensa de los derechos de los animales de forma complementaria.
También se entregaron los correspondientes galardones en las secciones de documentales y spots publicitarios. Se suponía que ayer se iba a realizar una maratón con las ganadoras de cada categoría, pero el temporal de viento y agua también lo canceló. Espero que lo hagan otro día porque no tuve tiempo ni para ver un mísero cortometraje. Ha sido una experiencia tan bonita como intensa, con sus más y menos, como todo lo que realmente vale la pena en la vida, y espero que el Festival crezca con los años y tenga el alcance y la notoriedad que merece. El año que viene repito, no sé si otra vez entre bambalinas o como mero espectador, pero desde luego esta comilona, a pesar de su abrupto desenlace, me ha dejado con apetito para querer repetir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario