Dir.: Richard Linklater
Int.: Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Lorelei Linklater, Marco Perella, Jamie Howard, Nick Krause, Zoe Graham, Jordan Howard
¿De qué va?: Mason es un niño de 6 años que se enfrenta a la primera convulsión de su vida: su madre ha decidido mudarse con él y su hermana a Houston, justo cuando el padre de los niños acaba de regresar de Alaska. Es el comienzo de una década llena de cambios en la que Mason no parará de buscar su propio camino.
Reseña: No contento con crear el tríptico definitivo sobre el paso del tiempo y el amor en diferentes edades con las películas de Antes de…, Richard Linklater ha hecho el más difícil todavía rodando una película a lo largo de 12 años, para retratar la madurez y el envejecimiento como no se ha hecho nunca en el cine. Una propuesta arriesgada, como dirían algunos, por los imprevistos que podrían haber acontecido a lo largo de algo más de una década, como el fallecimiento de alguno de los intérpretes, pero lo cierto es que Linklater no contaba con un guión escrito de antemano sino que lo ha ido creando e improvisando cada año, no sólo teniendo en cuenta el crecimiento de sus actores sino los movimientos y tendencias culturales más representativos.
Así, la película comienza al ritmo de Yellow, uno de los primeros éxitos de Coldplay y llega al final con Hero de Family of the Year, que ya sonaba en el tráiler. Entre una canción y otra pasan Britney Spears, la Xbox, Lady Gaga, Bush, Obama, Harry Potter, Crepúsculo y un gran número de referentes culturales y sociales que parecen forzados sólo porque estamos acostumbrados a asimilarlos a través de la publicidad subliminal, pero están ahí, al igual que en todas y cada una de nuestras mundanas vidas. Eso es lo que ha querido captar Linklater en su película, lo que significa vivir una realidad reconocible, poco dada a lo cinematográfico, que está más emparentado con lo especial, lo fantástico, y lo hace construyendo una película como si fuera un recuerdo global de la infancia. Si cada uno de nosotros se pone a pensar en nuestra niñez, recordaremos tanto momentos cruciales (no todos) como otros que son más corrientes, pero que de alguna forma, se han quedado grabados en nuestra memoria. Así es Boyhood.
La principal atracción del filme reside en ver en un corto intervalo de tiempo cómo envejecen sus personajes sin necesidad de maquillaje, efectos digitales o cambio de actores, en especial, su protagonista, Ellar Coltrane, quien es el que cambia de forma más evidente. El problema de Coltrane es que su personaje, Mason, introvertido pero curioso y reflexivo, es un chico tan corriente, tan hijo de vecino, que cuesta sentir una especial simpatía por él. En cambio, sí que resultan más sugestivas las encarnaciones de Patricia Arquette y Ethan Hawke; ambos, al igual que Mason, están buscando su camino pero en plena vida adulta, y es que la búsqueda no termina necesariamente al llegar a la universidad. Cerrando el núcleo familiar tenemos a Lorelei Linklater, hermana de Coltrane en la ficción e hija del director en la vida real. La chica resulta muy graciosa cuando es pequeña pero con el paso del tiempo se va volviendo más desabrida.
Dadas las críticas superlativas, muchos espectadores esperan de Boyhood algo trascendental; nada que ver con las pretensiones de Linklater. Su intención no va más allá de la de hacer un retrato de la infancia y el proceso de madurez lo más pegado a nuestra realidad posible y eso, para desgracia de muchos de nosotros, no implica necesariamente hechos remarcables para el resto de mortales o frases para la posteridad. Linklater crea diálogos bien construidos, naturales y con chispa, en la línea de la trilogía de Antes de… pero a medida que Mason se hace mayor el interés de la historia se torna un tanto irregular, sensación acentuada por las 3 horas que dura la película. Tal vez ésa haya sido la intención, asemejarse a la vida real en lo que respecta a que cuando uno es niño todo es nuevo, mágico y divertido, pero cuando pasan los años todo se vuelve más serio, real y desilusionante. Intencionado o no, lo cierto es que pocos han sabido capturar la imperfecta esencia del mundo real como lo ha hecho Linklater.
8/10
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