11/9/14

Tan lejos, tan cerca

Poster 10000 kmAyer se anunciaron las tres candidatas a representar España en la próxima edición de los Oscar: Vivir es fácil con los ojos cerrados, El niño y 10.000 km.  Esta última, quizás la menos popular del trío, hace tiempo que ha comenzado una andadura bastante exitosa en el circuito de festivales de cine, pues se ha llevado premios en Seattle, Austin y Málaga, donde arrasó ganando los premios a mejor película, director, actriz, guión novel y el que concede la crítica. No está nada mal como carta de presentación de la ópera prima de Carlos Marquet-Marcet, protagonizada tan sólo por dos actores: David Verdaguer y Natalia Tena, actriz londinense de ascendencia española vista en Juego de Tronos.

La historia gira en torno a Alex y Sergi, una pareja de Barcelona que, tal y como vemos en un largo plano secuencia que funciona como prólogo, está intentando tener un hijo hasta que Alex, inesperadamente, consigue una beca para realizar un proyecto de fotografía en Los Ángeles. A pesar de las dudas iniciales, la pareja decide aparcar el tema del bebé para que Alex pueda realizar el proyecto, al tiempo que mantienen la relación a distancia, viéndose únicamente a través de la cámara del ordenador. El problema es que, como muchas ya sabrán, incluso las relaciones más solidas pueden tambalearse cuando hay miles de kilómetros de separación.

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Como si de una película sobre la expansión de una epidemia se tratara, 10.000 km se estructura en capítulos titulados por los días que han pasado desde que Alex se marcha a Los Ángeles. La clave del filme reside en la naturalidad y el verismo en el que está retratada la relación de esta pareja, que supone una auténtica montaña rusa de emociones, aunque no siempre experimenten las subidas y bajadas sentados en el mismo vagón. La soledad inicial del que se va, el vacío que siente el que se queda; el entusiasmo del que por fin comienza a disfrutar de su nueva vida, la desesperación del que cree que ya no tiene un hueco en ella… Son sentimientos tan genuinos, tan reconocibles para aquellos que hayan pasado por una situación similar, que duelen.

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Marquet-Marcet no señala al culpable. Ambos tienen sus razones, errores y su parte de culpabilidad, como seres humanos que son. Las interpretaciones de Natalia Tena y David Verdaguer son magníficas, porque trasmiten a la perfección tanto el amor que se profesan como las inseguridades, dudas y miedos que empiezan a surgir cuando el único contacto que mantienen es a través de un ordenador, sobre todo cuando guardan silencio o no saben qué decir, porque tienen miedo de que la verdad hiera al otro. El montaje recurre a las elipsis de forma inteligente, mostrando momentos clave pero obviando otros, y elaborando un nutrido collage alternando la cámara tradicional con fotografías, webcams y pantallas de ordenador. El final, tan incómodo y lacerante, siembra dudas: ¿En qué nos hemos equivocado? ¿Podríamos haberlo evitado de alguna forma? ¿Ha merecido la pena?

10.000 km

10.000 km es, probablemente, una de las películas españoles más universales de la historia de nuestro cine, pues lo que cuenta es algo que se vive en cualquier punto del planeta, desde Pekín hasta Tombuctú. No es tanto una película de ficción como un docudrama, o una balada melancólica que suena tal y como lo hace el tema principal de la película, Nothing Matters When We’re Dancing de The Magnetic Fiels, y cuando termina no podemos evitar pensar si ahora, tan interconectados, estamos mejor que cuando sólo podíamos contactar a través de una llamada telefónica, una carta o una bonita postal.

8/10

1 comentario:

Chechu dijo...

Me gustó mucho Blanch. Coincido contigo.