El director Drake Doremus despuntó en el Festival de Sundance de 2011 con Como locos (Like Crazy), una película que abordaba de forma tan bella como realista el romance de dos jóvenes cuyo amor se va resquebrajando por todos los problemas que acarrea la distancia. Un año después, Doremus volvió a Sundance para presentar Breathe In, para la que volvió a contar con la la gran revelación de Como locos, Felicity Jones, en un rol similar: una estudiante británica que llega a Estados Unidos. Solo que esta vez, va a parar a la casa de una familia que va a sufrir un terremoto con su llegada.
El patriarca, Keith, es profesor de música a su pesar. Escogió este trabajo debido a la seguridad y estabilidad que le ofrecía a su familia, pero su auténtico sueño es tocar el chelo en una orquesta sinfónica. Su vida está atascada en la rutina y no hay nada ni nadie que le aporte algo nuevo aparte de la audición que está preparando para conseguir un puesto en la sinfónica. De repente, la estudiante de intercambio que está viviendo en su casa toca el piano, y algo cambia en su entorno gris (notable trabajo de fotografía). Se establece una conexión emocional a través de la música que le seduce, la represión familiar es más evidente que nunca y ya no hay vuelta atrás. Breathe In es una historia sobre infelicidad e infidelidad filmada con muy buen gusto, belleza y tacto, algo perfectamente reflejado en ese primer contacto físico a través de una caricia en la mano cuando están sentados al piano.
La pareja protagonista desprende una química brutal y ambos están realmente bien. Felicity Jones seduce sin tener que ponerse nunca en modo Lolita, mientras que de Guy Pearce me atrevería a decir que es su mejor trabajo desde Memento, porque está alejado de los personajes al límite que suele interpretar, físicamente la madurez le sienta bien y expresa muchas emociones sin necesidad de traducirlas en palabras, un mérito que también hay que atribuir al guión, que contiene muchas escenas en silencio que lo dicen todo con la inestimable ayuda del acompañamiento musical de Dustin O’Halloran, autor de la también magnífica banda sonora de Como locos.
Lo único que chirría en el conjunto son, por un lado, lo insoportable que resulta el personaje de la hija, interpretada por Mackenzie Davis, y por el otro algunas soluciones de guión para que la trama y el conflicto avance un tanto facilonas, pues están resueltas con demasiadas coincidencias y restan verosimilitud a una historia tan íntima como ésta. Con Breathe In se confirma que hay que seguirle muy de cerca la pista a Drake Doremus, a pesar de que ya se ha anunciado que para su próximo proyecto, una incursión en la ciencia ficción, va a cambiar a Felicity Jones por la mucho menos interesante en todos los aspectos Kristen Stewart. Le daremos un voto de confianza de igual forma.
7’5/10
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