Creador: Brad Falchuck, Ryan Murphy
Int.: Jessica Lange, Sara Paulson, Taissa Farmiga, Emma Roberts, Gabourey Sidibe, Kathy Bates, Angela Bassett, Lily Rabe, Frances Conroy
Emisión: 2013 – 2014, FX y FOX
3ª temporada
Tras explorar los recovecos de una casa maldita y de un centro psiquiátrico, ambos lugares de encuentro de multitud de miedos y criaturas del imaginario de terror colectivo, la tercera historia de horror americana que nos traen Brad Falchuck y Ryan Murphy se ambienta en una escuela de jóvenes brujas de Nueva Orleans. Las referencias y los elementos que han tomado “prestado” no son tan dispersos y variados como en las dos anteriores temporadas (en las que mezclaban sin pudor alguno nazis con extraterrestres por ejemplo), pero siguen estando presentes y están más centrados en el tema de la brujería y de las personas con poderes especiales: X-Men, Las brujas de Eastwick, Jóvenes y brujas, Frankenstein, Harry Potter… e incluso reality shows.
El primer capítulo es un tanto descafeinado si se compara con los potentes arranques de las temporadas previas, pues está centrado en la llegada a la escuela de brujas de Taissa Farmiga, tan sosa como en su anterior aparición en la serie. Aunque parezca que ella va a hacer la gran protagonista, en los capítulos posteriores otros personajes ganan mucho más peso en la trama, dejando a Taissa a un lado con su historia de amor necrofílica con un Evan Peters que no pinta gran cosa en esta temporada, y es que si en algo se distingue Coven es que es una historia de mujeres, poderosas, competitivas y ambiciosas. Los hombres, incapaces de plantarles cara, son sirvientes o víctimas, pues no tienen nada que hacer frente a ellas, que harán lo que sea con tal de conseguir sus pérfidos propósitos. ¿Es machista AHS: Coven? En absoluto. A pesar de que la mayoría de personajes femeninos sean unas auténticas zorras y que no haya demasiado espacio para la camarería femenina, estas brujas son fuertes e independientes y no necesitan de un hombre que las salve cuando están en apuros.
Gran parte de la diversión de Coven radica en ver cómo evolucionan y cambian las relaciones y alianzas entre las brujas, divididas en dos clanes enfrentados liderados por dos mujeres de armas tomar como son Jessica Lange y Angela Bassett. Lange consigue algo que parecía imposible: interpretar al personaje más malévolo de sus encarnaciones en American Horror Story, y aunque Fiona Goode no tenga tantos matices como la hermana Jude ni sea tan enigmática como Constance Langdon, vuelve a dar una clase más de elegancia, mala leche y de cómo ser sensual con… ¡64 años! Su anunciada marcha de la serie tras la próxima temporada dejará un enorme vacío que tal vez podría cubrir Angela Bassett, quien se ha alzado como la mayor revelación de la temporada. Tras ser rescatada del olvido, la Bassett ha aprovechado la ocasión para hacer una encarnación desmadrada de la bruja vudú Marie Laveau, y sus gestos, respuestas sentenciosas y ese marcado acento sureño y afroamericano la convierten en el elemento más divertido de Coven, por encima de una Kathy Bates que tampoco tiene desperdicio en el rol que le ha tocado de racista sádica.
Sarah Paulson y Lily Rabe no tienen tanto margen de lucimiento como en Asylum, mientras que Frances Conroy y su look imposible se han convertido en una de las imágenes inolvidables de la serie (Su ¡Balenciagaaaaa! ya es el grito de guerra del año en la red), pero si tengo que escoger a una favorita en el Aquelarre esa sería Emma Roberts, quien como ya demostró en Scream 4 está mucho mejor aprovechada en papeles de cabrona que en los de ingenua bobita. La sobrina de Julia Roberts se come a la hermana pequeña de Vera Farmiga en cada escena que comparten, y sus líneas de diálogo son deslenguadas y tan mezquinas como las de la Bassett. En cualquier caso, el reparto femenino de esta temporada es una auténtica gozada.
Puede que AHS: Coven no sea mejor que Asylum, mucho más lúgubre y oscura, pero sí que es la más divertida y adictiva de las entregas que nos ha dejado la serie hasta la fecha. Su mayor problema está en que abusa de ciertos recursos narrativos, como el de las resurrecciones, en que se ha centrado más en ser gore que inquietante y en lo apresurado de su desenlace, cerrando tramas de forma abrupta para desembocar en una suerte de X-Factor para brujas. Pero como ya he dicho a lo largo de esta entrada, todo es tan desmadrado, sorprendente, atractivo y enormemente entretenido que sólo te percatas de esos defectos durante la resaca, cuando empiezas a echar en falta un capítulo más tras su final. Tras su tercer año en antena, American Horror Story se ha terminado de afianzar en nuestros corazones seriéfilos, los cuales están ansiosos por saber en qué pesadilla rocambolesca nos sumergirá en la próxima temporada.
1 comentario:
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