¿De qué va?: Lora Meredith, una actriz viuda en paro, vive con su hija adolescente en un humilde apartamento de Nueva York. Un día, conoce por casualidad a Annie, una mujer negra, y a su hija, que es mulata. Annie acaba trabajando para ella el mismo día en el que Lora también conoce a Steve, un fotógrafo que se enamora de ella.
Reputación: Segunda adaptación cinematográfica de la novela homónima de Fannie Hurst. La primera versión se estrenó en 1934 dirigida por John M. Stahl y con Claudette Colbert en el papel principal. En la historia original, el personaje de Lora se convierte en una afamada cocinera gracias a las recetas de Annie, y como resultado se convierte en una poderosa mujer de negocios, mientras que su sirvienta es desplazada de todo su éxito culinario. Pero el director, Douglas Sirk, y los guionistas Eleanore Griffin y Allan Scott pensaron que no sería aprobada por el movimiento afroamericano que por aquel entonces se encontraba en plena lucha por el caso Montgomery, sobre un hombre negro que se había sentado en el autobús en las plazas reservadas a los blancos. Así que decidieron que Lora fuera una estrella de Broadway y Annie fuese tan solo su criada y niñera. El vestuario de la película de Lara Turner costó un millón de dólares, lo que supuso uno de los vestuarios más caros de la historia del cine hasta entonces. Sin embargo, la estrella cobró menos de su salario habitual a cambio de un 50% de los beneficios del filme, lo que le hizo ganar 2 millones de dólares, marcando un récord para una actriz de su tiempo. Juanita Moore, fallecida el pasado mes de enero, y Susan Kohner, quienes encarnan a Annie y su hija respectivamente, fueron nominadas al Oscar de mejor actriz reparto. Ninguna consiguió la estatuilla dorada pero Kohner sí que se llevó el Globo de Oro.
Comentario: Imitación a la vida es un melodrama de tomo y lomo, de los que ya no se hacen. Con una trama que abarca muchos años y plagada de desdichas, realzadas por una atronadora banda sonora, e interpretaciones teatrales con las que los actores dominan el espacio escénico y se baten en duelo a cada momento para ver quién es el que mejor expresa el sufrimiento. Aquí los hombres son meros secundarios, pues son ellas las que cargan con todo el peso de la historia y lidian con los numerosos temas que toca la película: la ambición, el racismo, el deseo de aparentar ser alguien que no se es (esas luchas contra el espejo) pero, sobre todo, el amor incondicional que sólo puede dar una madre a pesar de los muchos quebraderos de cabeza que provocan los hijos.
Próximo visionado: Godzilla, Japón bajo el terror del monstruo (1954)
No hay comentarios:
Publicar un comentario