Dir.: Martin Scorsese
Int.: Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Margot Robbie, Matthew McConaughey, Kyle Chandler, Rob Reiner, Jean Dujardin
¿De qué va?: Empezando por el sueño americano, hasta llegar a la codicia corporativa a finales de los 80, el corredor de bolsa Jordan Belfort pasa de las acciones especulativas y la honradez al lanzamiento indiscriminado de empresas en Bolsa y la corrupción. Su enorme éxito y fortuna cuando tenía poco más de 20 años le valió el apodo de ‘el lobo de Wall Street’.
Reseña: A lo largo de su dilatada carrera, Martin Scorsese he prestado especial atención a las historias que se cuecen al margen de la ley, protagonizadas por gángsters y mafiosos que construyen un imperio criminal capaz de tener bajo control una ciudad. Dados estos antecedentes, resulta totalmente lógico que en pleno siglo XXI uno de sus últimos trabajos (él mismo ha asegurado que falta poco para su retirada) gire en torno a la figura del ladrón moderno, ese que va vestido con un traje inmaculado, que come en los restaurantes más caros y que se lucra a plena luz del día en el barrio financiero por excelencia de Nueva York: el corredor de bolsa.
Poco importa que la historia arranque en los años 80 ya que que su mensaje no podría ser más actual: los criminales más peligrosos han dejado de trabajar en oscuros callejones para robar desde amplias y luminosas oficinas. El guión de Terence Winter es preciso, perspicaz y elocuente a la hora de mostrar y explicar cómo Jordan Belfort pasó de ser un humilde bróker a dirigir una de las agencias de corredores más importantes del mundo, al tiempo que amasaba una fortuna y se lo gastaba todo en sus caprichos y vicios. La siempre magnífica dirección de Scorsese se pone al servicio del exceso que rodea al protagonista, lo que da como resultado una película grandilocuente pero muy divertida, rodada de forma impecable y que, aun mostrando a su antihéroe como lo que es, un grandísimo cabrón, ni lo juzga ni lo redime, lo cual no será del gusto de todos pero resulta sin duda una manera de enfocarlo muy interesante.
Pero aquí quien se luce por encima de todos no es otro que Leonardo DiCaprio, máxime artífice de que esta historia se llevara a la gran pantalla, y viendo la película entendemos por qué. Muchos detractores se han quejado de que el actor se pase de intenso y de que nunca haya hecho comedia. Pues bien, en El lobo de Wall Street DiCaprio no pierde intensidad pero es lo más parecido que ha hecho nunca a hacer el payaso, y es que ofrece un extenso y abrumador recital de gritos, caretos, pasos de baile e incluso se atreve con el humor físico, y la verdad es que está realmente bien, como en todo lo que hace. Por su parte, Jonah Hill se consolida como un gran escudero; al igual que ya hizo junto a Brad Pitt en Moneyball forma un carismático tándem con DiCaprio. De los secundarios destacar a Matthew McConaughey, al que sólo le bastan 10 minutos para despuntar como uno de los mayores atractivos del filme, y Margot Robbie, quien no sólo deslumbra con su belleza sino que realiza una interpretación muy decente que va más allá de ejercer de mujer cañón.
El mayor problema que tengo con El lobo de Wall Street es su excesiva duración. Scorsese se las ingenia para que el ritmo nunca decaiga a lo largo de los 180 minutos que dura la película pero en ciertos tramos esos minutos se notan, porque hay ciertos pasajes que se alargan un poco más de lo necesario, aunque en realidad van acordes con la naturaleza de la película: un espectáculo del exceso, atiborrado de tacos, drogas y sexo, una fiesta descontrolada que no deja resaca, sino la sensación de haber asistido a la degradación moral del ser humano convertido en circo de cuatro pistas. Algo tan indecente como atractivo.
8/10
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