¿De qué va?: Un matrimonio inglés viaja a Italia para vender una villa que ha heredado cerca de Nápoles. Al alejarse del ambiente londinense y encontrarse en un paisaje y en un mundo ajenos, estalla una crisis latente en la pareja, saliendo a la luz sentimientos olvidados como los celos y el resentimiento.
Reputación: Viaggio in Italia (Te querré siempre) fue concebida después de que el director italiano Roberto Rossellini no pudiera conseguir finalmente los derechos cinematográficos de una novela que quería adaptar. Como todo el equipo artístico y técnico ya estaba instalado en la ciudad de Nápoles y alrededores, zona en la que debía ambientarse la historia original, decidió rodar día a día, sin ningún guión previo y de forma algo improvisada. Esto no le supuso ningún problema a la estrella femenina de la película, Ingrid Bergman, con la que ya llevaba años inmerso en un matrimonio muy polémico para la sociedad de aquella época (ambos ya estaban casados cuando comenzaron su relación), puesto que la actriz ya había trabajado en estas condiciones doce años antes, en el rodaje de Casablanca. Con esta película, Rossellini ya había abandonado el estilo neorrealista que caracterizó el inicio de su carrera artística, marcando el punto de partida de la modernidad cinematográfica; André Bazin, crítico para la revista Cahiers du Cinéma, llegó a decir que con esta película el cine había envejecido diez años y que había abierto nuevos modos de expresión por los que a partir de entonces todo cine debía pasar bajo pena de muerte.
Comentario: En Antes del anochecer, la película imprescindible de este verano, Celine menciona un filme que vio cuando era adolescente de cuyo título no recuerda, pero por su descripción la escena es claramente uno de los momentos clave de Te querré siempre. La alusión no es casualidad, pues ambas películas se emplazan en lugares en ruinas y de largo recorrido histórico del Mediterráneo para hablar de la erosión del amor y del paso del tiempo. Centrándonos en el filme de Rossellini, nos encontramos con un matrimonio que sigue por inercia pese a que el amor lleva ya años marchitado, y cuyos agujeros se vuelven evidentes cuando la pareja pasa unos días a solas, obligados a aguantarse el uno al otro sin distracciones. No se dejen engañar por el giro que se produce en el último minuto: esta notable película ofrece una visión muy pesimista y desalentadora sobre la institución del matrimonio.
Próximo visionado: Tiburón (1975)
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