Dir.: Jonathan Dayton, Valerie Faris
Int.: Paul Dano, Zoe Kazan, Chris Messina, Annette Bening, Antonio Banderas, Steve Coogan, Elliott Gould, Deborah Ann Woll
¿De qué va?: Calvin es un escritor con bloqueo creativo tras su primera y exitosa novela. Finalmente, consigue crear un personaje femenino, Ruby Sparks, que acaba materializándose y compartiendo la vida con él. Además, cada vez que Calvin se sienta ante su máquina de escribir, tiene la facultad de cambiar a Ruby a su antojo. El problema está en lograr que esa relación, perfecta en la teoría, funcione en la vida real.
Reseña: En la mitología griega, la leyenda de Pigmalión habla de un rey que buscó durante mucho tiempo a la mujer perfecta con la que casarse. Al no encontrar ninguna que cumpliera sus altas expectativas, se dedicó a esculpir figuras preciosas hasta que se enamoró de una de ellas, Galatea. La guionista y actriz Zoe Kazan parte de ese mito para crear una historia, a medio camino entre Más extraño que la ficción y (500) días juntos, que sirve de alegoría de uno de los grandes males de las relaciones contemporáneas: el convencimiento de que tenemos que encontrar a nuestra alma gemela para alcanzar la felicidad plena o, en su defecto, moldear a nuestra pareja hasta que sea perfecta para nosotros.
Ruby Sparks no es la mujer cañón soñada por algún quinceañero de hormonas revolucionadas; se trata más bien del ideal de chica moderna o hipster, muy del estilo que ha patentado Zooey Deschanel desde que nos hiciera perder la cabeza por ella en (500) días juntos, y es que la descripción que hace Calvin de Ruby no difiere mucho a la que se hacía de Summer en dicha película. Lo que ocurre es que su sucesora es plenamente consciente de su magnetismo y sus encantadoras rarezas; en una escena incluso llega a decir “Soy tan compleja…”, pero la humildad y el buen hacer de Zoe Kazan y la química que mantiene con Paul Dano (pareja en la vida real) consigue que no odiemos a su personaje pese a lo prefabricado que está.
El buen rollo y la ligereza con la que discurre la trama llega a su punto álgido con la visita a la madre hippie y a su novio fabricador de muebles, unos simpáticos Annette Bening y Antonio Banderas, pero cuando se produce el inevitable giro de guión en el que la situación idílica se tuerce la película sorprende pasando de la comicidad al dramatismo más serio. La escena clave de la trama es una efectiva metáfora sobre las relaciones de pareja enfermizas y de la decepción que se produce cuando la convivencia no está a la altura de las expectativas creadas, además del peligro que se corre cuando la personalidad de unos de los componentes de la pareja queda anulada por el otro.
La pasión, inspiración y frustración que otorga la escritura también es uno de los temas clave de Ruby Sparks, aunque queda un tanto ensombrecido frente a la materia amorosa. Tras Pequeña Miss Sunshine, Jonathan Taylor y Valerie Faris revalidan su condición de directores abanderados del cine indie, aunque no consiguen que la historia de amor de Calvin y Ruby sea tan memorable como la de (500) días juntos, ¡Olvídate de mí! o Beginners, quedándose un escalón por debajo de todas ellas. ¿Y el desenlace? Gustará a unos y defraudará a otros tantos por sus múltiples interpretaciones, pero al menos resulta satisfactorio porque “como en la vida, cada final es un nuevo comienzo”.
7/10
1 comentario:
Tengo ganas de verla, me gustó mucho Pequeña Miss Sunshine y Ruby Sparks promete ser divertida y conmovedora al mismo tiempo.
Buen blog, me hago seguidor ya mismo ;)
¡Saludos!
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