¿De qué va?: Los marineros del acorazado Potemkin, hartos del trato vejatorio al que los someten los oficiales, deciden revelarse en el momento en el que los obligan a alimentarse de carne podrida. Con este motín comienza el reguero revolucionario por Odessa y por toda Rusia.
Reputación: El acorazado Potemkin nace en 1925 como encargo al realizador Serguéi Einsestein de elevar el espíritu de la revolución social bolchevique de 1917. Einsestein fue un pionero del uso del montaje en el cine, puesto que no se limitaba a narrar una historia a través de la sucesión de planos, sino que además manipulaba las emociones de la audiencia, convirtiendo el montaje en el elemento más expresivo del filme, más que los propios personajes. También empleó por primera vez en el cine soviético los travelling, aunque no demasiado, ya que el movimiento va determinado por la acción y el montaje. La película consta de 1.290 planos, 170 proceden de la famosa secuencia de la escalinata de Odessa que ha sido homenajeada en multitud de ocasiones, como en Los intocables de Elliot Ness, El padrino o en varios episodios de Los Simpsons. La película fue prohibida en Alemania, Gran Bretaña, España, Francia y en otros países por su contenido revolucionario. Tras El acorazado Potemkin, Einsestein dirigió dos películas más, Octubre y La línea general, y luego se marchó a Estados Unidos, donde los estudios lo recibieron con los brazos abiertos. Sin embargo, no llegó a dirigir en América tras ser rechazados varios de sus guiones. El acorazado Potemkin está considerada como una de las películas más importantes de la historia por sus aportaciones a la narración cinematográfica y al lenguaje visual.
Comentario: El valor artístico, histórico y cultural de El acorazado Potemkin es indiscutible. Ahora bien, ¿conocen a alguien que la considere su película favorita? Yo al menos no, aunque supongo que será una de las películas de cabecera del movimiento comunista. Con esto quiero decir que sí, que es una película de visión obligatoria para cualquier amante del cine, más aún para el que quiera trabajar en el medio, pero no le encuentro más provecho que el de objeto de estudio, porque el montaje ideológico provoca que todo ocurra de forma muy distante, nos impide que nos impliquemos en una revolución que ya de por sí es eminentemente propagandística. Lo mejor de todo es el magistral clímax que se consigue en el episodio de la escalera de Odessa, todo lo contario al que le sigue poniendo punto y final a la película, pues cuenta poco en demasiado tiempo.
Próximo visionado: La caza (1965)
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