¿Qué tendrá Francia que nos atrae tanto, que nos pone tan melosos, románticos y bohemios? Coincidiendo con la 64ª edición del Festival de Cannes y con el estreno de Medianoche en París de Woody Allen, les presento un repaso de las últimas películas de nacionalidad francesa que he visto, tres visiones diferentes del amor, la muerte, la familia y la vida bajo el pensamiento galo. Viva La France!
El padre de Antoine está enfermo y no puede hacerse cargo del camión que conduce y con el que abastece a los ancianos que habitan en las aisladas aldeas de la Provenza, por lo que su hijo acepta a regañadientes ocupar su puesto. Con el tiempo, Antoine empieza a cogerle cariño a sus clientes mientras soluciona las diferencias que le han mantenido alejado de su familia desde siempre.
Un verano en la Provenza es de esas películas que pasan muy desapercibidas por la cartelera para luego disfrutar de una segunda oportunidad en los videoclubes y los pases televisivos; yo mismo la vi en uno de esos largos trayectos de guagua en los que ves cualquier cosa que pongan en la tele para que el viaje resulte más ameno. El filme se encuadra perfectamente en la categoría de “pelis de autocar”, situándose por encima de la media habitual: entretiene lo justo y razonable, se deja ver con agrado, muestra una galería de paisajes campestres que serán similares o mejores a los que podrás ver por tu ventanilla y es tan previsible y lineal que puedes echarte una cabezadita durante un rato sin perder el hilo de la historia.
Además, da una imagen positiva de los mayores, pues aunque se nos cuelen en la cola del supermercado y a veces no paren de hablar se nos olvida que siguen siendo unas personitas entrañables con mucha más experiencia y sabiduría que el resto de mortales, la mayoría al menos. En definitiva, Un verano en la Proveza gustará tanto en los viajes del Imserso como en todos los demás.
6/10
El último vuelo supone el reencuentro cinematográfico de la pareja formada en la vida real por Marion Cotillard y Guillaume Canet, que se conocieron en la deliciosa Quiéreme si te atreves. En esta ocasión, ella es una aviadora que viaja al desierto del Sahara en busca de su prometido, el piloto Bill Lancaster, del que no se ha vuelto a saber nada desde que se estrelló con su avioneta; para su expedición por el desierto contará con la ayuda de de un lugarteniente del ejército francés (Canet).
La película arranca bien, con una buena introducción del contexto histórico, de los personajes y del conflicto, estableciendo las bases en las que se sustentará el desarrollo de la historia. Pero cuando los protagonistas se pierden en las dunas del árido páramo la película se vuelve arrítmica, sin sustancia, tan sólo dos personas perdidas en el desierto a las que no les pasa nada remarcable, tan sólo una muda desesperación. El momento cumbre llega cuando parece que va a ocurrir algo y la película se acaba, eso sí, previo a una explicación escrita de lo que les ocurrió después a los personajes, justo la parte que habría sido interesante de ver en la pantalla.
¿Se quedarían sin presupuesto en mitad del desierto? Quién sabe, pero de lo que estoy seguro es que El último vuelo es tan profundamente decepcionante que ni se logra atisbar una pizca de la química que consiguió desplegar el tándem Cotillard-Canet en Quiéreme si te atreves. Otra cosa que se perdió entre las dunas.
3’5/10
Juliette sale en libertad tras quince años de prisión. Su hermana, Léa, con la que no ha mantenido contacto durante todo ese tiempo la acoge en su casa, con su familia, y aunque en un principio se sientan como dos completas desconocidas, poco a poco empiezan a confiar la una en la otra, sacando a relucir las verdades a medias y las cosas que nunca se dijeron.
Hace mucho que te quiero es uno de esos dramas tranquilos en los que las miradas y los gestos son tan significativos como las propias palabras. Desde el principio sabemos que hay algo que no va bien, que hay un gran muro que se interpone en la relación de las dos hermanas, una tragedia que en ningún momento se esconde pero que provoca situaciones realmente incómodas. Tan sólo necesitan recuperar el tiempo perdido para que las viejas heridas se cierren y den paso a las segundas oportunidades.
Kristin Scott Thomas realiza una portentosa interpretación de una mujer de carácter frío y distante que en realidad está rota por dentro, cargando con un gran trauma a sus espaldas. La película está llena de momentos tiernos, nunca sensibleros, en los que la protagonista encuentra la redención junto al abuelo que nunca habla, tocando el piano junto a su hermana o jugando con sus sobrinas. El momento en el que todas las verdades salen a la luz rompe con el anterior dramatismo tranquilo y mesurado, pero a esas alturas la película nos tiene tan ganados que nosotros también sentimos que hemos encontrado la esperanza al final de un largo túnel, y damos por finalizada la espiral de emociones en la que nos ha sumergido la película. Eso sí, con una renovada fe en el ser humano.
7’5/10
3 comentarios:
"El último vuelo" debería ser la última película del señor que la dirigió, ha sido una de las grandes decepciones de este año, tiene un final indignante al nivel de "Más allá de la vida", ¡menudo cabreo! llevaba semanas queriendo verla y...
Pero este chasco contrasta con lo mucho que me gustó "Hace mucho que te quiero", también llevaba tiempo con ganas de verla y superó con creces mis expectativas. Cuenta una historia durísima de una manera sutil que te atrapa, y Kristin Scott Thomas está sublime, a mi me cautivó, así que esta semana santa no fue un batacazo franchute total.
Lo próximo que veré de ella será "La llave de Sarah" que tiene un 7 en filmaffinity.
Tío, sigues superándote con tus nicks. Cachetitos, Acróbata y Gabacho. ¡¡Pistonudos!!
Por cierto, no vi ninguna de estas tres películas.
¡Gracias Chechu! ¡se hace lo que se puede!
Esta mañana mismo me acordé de "Verano en provenza" y la puse en el videoclub. Se me olvidó comentarle a Jordi, ¡Menudo truñaco!
Con "El último vuelo" ni lo intentes, hazme caso, ahórrate un cabreo jajaja. Pero la que si que deberias ver es
"Hace mucho que te quiero", que no es el título de una canción digna de ser mencionada en el romance entre Robert Pattison y Reese Witherspoon en "Agua para elefantes", sino una excelente pelícual si que te la recomiendo.
Seguro que te gusta el manejo del ritmo y del tono que se hace en la peli. Para que veas que te leo ¡ehh!
¡Saludos!
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