O.C: Sed de mal (1958)

¿De qué va?: Un agente de la policía de narcóticos llega a la frontera mexicana con su mujer en el momento en el que se produce un grave atentado ocasionado por una explosión. Inmediatamente se une a la investigación de Quinlan, el jefe de policía local conocido por sus severos métodos. Una lucha encarnizada se desata entre los dos hombres, pues cada uno sigue una línea de investigación radicalmente opuesta al contrario.

Reputación: Sed de mal es una de las películas más aclamadas y destacadas de Orson Welles, aunque no estuvo exenta de problemas durante su producción. El estudio no quedó satisfecho con el primer montaje de la película y decidió contratar a un director diferente para que grabara nuevas escenas. La película se estrenó en 1958 con un rotundo fracaso de crítica y público. Welles redactó un escrito de 58 páginas dirigido al estudio con una serie de indicaciones para mejorar la película, el cual se utilizó para realizar un ‘Director’s Cut’ que se estrenó en cines en 1998. Protagonizada por Charlton Heston (Ben-Hur), Janet Leigh (Psicosis) y el propio Welles, Sed de mal está considerada como uno de los grandes filmes del cine negro norteamericano y arranca con uno de los mejores planos secuencia de la historia del cine.

Comentario: Si existe el género del western crepuscular, donde los vaqueros ya no son esos héroes fuertes, incansables y de valores inquebrantables, creo que también podría tener cabida el cine negro crepuscular, donde los audaces policías y detectives son inseguros, se equivocan y haces cosas poco éticas en pro de la ley. Este sería el caso de Quinlan, el personaje que interpreta Orson Welles en Sed de mal, un experimentado investigador que, harto de que los villanos se salgan con la suya, decide actuar de un modo detestable para hacer justicia, chocando irremediablemente con la rectitud  y la vehemencia de Vargas, un policía más joven que él. El rechazo se produce porque Vargas teme convertirse con los años en Quinlan y éste se ve reflejado en aquel cuando aún sentía pasión por su trabajo. Esto es solo una simple apreciación de las muchas que se pueden sacar de Sed de mal, otra clase magistral de cine por parte de Orson Welles, cuyo principio y desenlace son tan rotundos como perfectos.

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