¿De qué va?: Durante la II Guerra Mundial, en un campo de prisioneros situado en Alemania, un grupo de americanos pone en marcha un plan de fuga, pero son descubiertos por soldados alemanes. Los prisioneros empiezan a sospechar que entre ellos hay un traidor y todas las sospechas apuntan al sargento Sefton, que sobrevive canjeando existencias con los nazis.
Reputación: Billy Wilder adaptó la obra teatral de Broadway escrita por David Bevan y Edmund Trzcinski, este último interpreta a un preso en la película. Ambos fueron prisioneros de guerra en la vida real. El filme consiguió tres nominaciones a los Oscar: mejor director, actor principal (William Holden) y secundario (Robert Strauss). Finalmente fue Holden quien se llevó la estatuilla dorada a casa, y eso que estuvo a punto de rechazar el papel porque Wilder se había negado a cambiar la actitud cínica y egoísta de su personaje.
Comentario: Aunque la Operación Clásico aún se encuentra en una fase muy temprana intuyo que mi gran descubrimiento va a ser Billy Wilder. Me sorprendió gratamente con Testigo de cargo y lo ha vuelto a lograr con Traidor en el infierno, aportando comedia a un género tan duro y dramático como es el bélico, y más aún si cabe tratándose de la II Guerra Mundial en una época en la que las heridas apenas habían comenzado a cicatrizar. Pero aunque el sentido del humor de Wilder sea muy satírico (el personaje de William Holden es tan perspicaz y cínico como el que interpretó Charles Laughton en Testigo de cargo) nunca falta el respeto a la memoria de los caídos, es más, su propia madre murió en los campos de concentración de Auschwitz. Al pensar que aún me faltan por ver muchos de los títulos más destacados de Wilder mis ganas por seguir descubriendo su filmografía van en aumento.
Próximo visionado: Sopa de ganso (1933)
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