Si veían la serie Sabrina, cosas de bruja, quizás recuerden un capítulo en el que la joven descubría que nadie de su familia podía comer crepes o de lo contrario se volvían adictos, y claro, los probó por curiosidad y acabó desquiciada atiborrándose de ellos sin parar.
¿Por qué este momento de dudosa nostalgia televisiva? Pues porque sufro un trauma similar, uno al que se le conoce como Sim-adicción… Si empiezo luego no puedo parar.
El juego: Los Sims es un videojuego de estrategia y simulación social para PC (más tarde se lanzaron versiones para consolas) que adquirió una gran popularidad cuando se lanzó por primera vez allá por el 2000. El juego permitía una experiencia jamás vista en los videojuegos, ya que su mecánica consistía en crear un personaje, también conocido como Sim, y construirle una vida: comprar una casa, decorarla, buscar un empleo, ascender puestos para ganar más dinero, hacer amistades, encontrar pareja, formar un matrimonio, tener hijos… Creo que ya todos conocemos de sobra de qué va.
Su éxito, no sólo entre el sector masculino sino también entre el femenino, propició un gran número de expansiones que enriquecía la experiencia de juego, con extras como llevar a la familia de vacaciones o adquirir mascotas. La franquicia ya va por la tercera parte, en la que los Sims tienen más libertad que nunca para explorar su ciudad y relacionarse entre ellos.
Referencias cinematográficas: Más bien serían televisivas, puesto que los culebrones que te puedes montar con tus Sims son equiparables a cualquier telenovela de sobremesa: romances, infidelidad, matrimonios por conveniencia, depresiones, espíritus inquietos… El jugador dirige las vidas de sus personajes y con ellas puede crear historias que incluso se pueden colgar en las numerosas webs y comunidades que hay en la red dedicadas al juego.
Atentos porque Los Sims darán el salto a la gran pantalla… o al menos esa era la intención. En Imdb tan sólo indican que la película se estrenará en el 2012, pero hace un tiempo se dijo que el argumento iba a girar en torno a tres chavales que compran una misteriosa versión de Los Sims que escanea sus vidas y las traslada al videojuego, pero con consecuencias peligrosas, pues todo lo que hagan en el mundo virtual tendrá repercusión en la realidad…
¿Un Jumanji electrónico? Podría ser curioso, o todo un despropósito, quién sabe.
Lo mejor: Engancha, básicamente. Horas y horas de vicio continuo. Teniendo Los Sims 2 con un par de expansiones las posibilidades de juego son casi infinitas.
Enseña valores tan educativos como lo difícil que puede ser mantener una amistad, la importancia de adquirir nuevos conocimientos para el futuro profesional o el mantener las necesidades humanas cubiertas para vivir felizmente. Bueno, puede que me haya pasado, pero a fin de cuentas es un juego sano e inofensivo que se disfruta mientras no abuses de él como hace un servidor.
Lo peor: La frustración que se siente al pensar que es un juego que no tiene fin, aunque quizás es que estoy muy acostumbrado a los juegos de rol y aventuras en los que el principal objetivo es acabarlos. Aquí no hay un fin, si el Sim se muere de viejo te quedan sus hijos o te haces uno nuevo.
Puede llegar a ser tan monótono como la vida misma, pero con dejarlo aparcado durante un tiempo y luego retomarlo es suficiente.
Los tiempos de carga de Los Sims 2 son interminables, por suerte parece que ese problemilla se ha resuelto en la tercera parte, esa que no me atrevo a probar por miedo de acabar hablando en Simlish…
1 comentario:
Yo estuve enganchado a los sims 3 pero me cansé, supongo que hacen falta más expansiones para mantener la atención, porque por ahora LS3 es muy básico, y hecho de menos las estaciones de LS2 jajaja
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