28/8/08

Amanecer de los vampiros


30 días de oscuridad: Los vampiros, esos seres tan solicitados en la industria del cine, por fin han encontrado un lugar donde poder saciar su inagotable sed de sangre: un pueblecito perdido de Alaska que durante 30 días permanece en total nocturnidad. Vamos, que es un chollazo, unas vacaciones sangrientas pagadas. Si han tardado tanto en ir será porque no lo encontraban en el mapamundi.


Esta es la interesante premisa de 30 días de oscuridad, una célebre novela gráfica que ha disfrutado de su adaptación cinematográfica durante el presente año. El resultado ha sido una especie de Amanecer de los muertos pero con vampiros, y es que al igual que aquella esta tiene un comienzo del caos trepidante y la acción transcurre en un lugar amplio pero claustrofóbico al acechar el peligro en cualquier esquina. También hay un grupo reducido de supervivientes, esta vez encabezado por un Josh Hartnett en plena madurez interpretativa y una Melissa George intentando hacerse un hueco dentro de la industria del cine hollywoodiense. Y cómo no, hay sangre. Mucha sangre.


Sin embargo, la película de David Slade no pasa de la corrección a la que podría aspirar una película de gran presupuesto emulando a una de serie B (parte de la culpa la tiene algunas incongruencias del guión), mientras que la de zombies de Zack Snyder explotaba los límites del género como nadie había hecho. Pero como las comparaciones son odiosas, mejor celebrar una peli de vampiros decente como pocas y hacer ángeles en la nieve teñida de rojo sin pensar mucho en los defectos. Y como broche final, un desenlace agridulce que nunca está de más para dejarte mal cuerpo.

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