A principios de junio tuve la oportunidad de asistir a una jornada de la 10ª edición del festival Kino Otok que se celebra en Izola, un pueblo costero de Eslovenia. Se trata de un festival que acoge películas y cortometrajes de África, Asia, Latinoamérica y Europa, proyectadas en diferentes lugares del pueblo: en su pequeño cine, en una plaza al aire libre, en su Casa de la Cultura e incluso en la playa. Además, a lo largo de los cinco días que dura el festival se desarrolla otra serie de actividades, como talleres y exposiciones fotográficas, y cada noche hay fiesta en la zona del faro, cerca del lugar habilitado para que los voluntarios y asistentes del festival puedan hacer camping (algo que me arrepiento mucho de no haber hecho). Este año se proyectaron varias películas de Galicia y otros filmes interesantes como Tir, gran triunfadora del último Festival de Cine de Roma.
El día en el que asistí tan solo vi dos películas porque también quería disfrutar del sol, la playa y el ambiente de la ciudad. La primera que vi fue Bekas, la cual fue proyectada de forma gratuita como apertura de Submarine, la sección del festival dedicada al cine infantil. Bekas es una coproducción entre Suecia, Finlandia e Irak dirigida por Karzan Kader y basada en su cortometraje homónimo. Cuenta la historia de dos hermanos kurdos sin hogar que tras ver un trozo de Superman a través de un agujero del cine local deciden ir a Estados Unidos a conocerlo, por lo que cogen un burro llamado Michael Jackson y deciden emprender la marcha, sin saber que Estados Unidos no está tan cerca como ellos pensaban.
Todas las películas del festival eran proyectadas en su idioma original con subtítulos en esloveno y en inglés… todas menos Bekas, que venía sin estos últimos, algo de lo que me di cuenta poco antes de que comenzara la sesión. Pese a que lleve casi un año viviendo en Eslovenia, poco sé del idioma (es muy complicado de aprender), pero ya que estaba en la sala nos quedamos a ver si nos enterábamos de algo, y sorprendentemente entendimos la película gracias al contexto, la expresividad de sus actores y alguna que otra palabra eslovena. Se trata de una historia sencilla, pensada para niños, pero que no sacrifica el drama y el realismo del entorno en el que viven sus protagonistas. Su ilusión e ingenuidad se combinan con la miseria y la severidad que los rodea, tiene momentos duros pero también es divertida y optimista. Rodada y fotografiada de forma impecable y con dos jóvenes protagonistas que derrochan naturalidad e inocencia, Bekas es una pequeña joya que merece ser vista y gozar de una buena distribución mundial.
Mi segundo visionado fue entrada la noche, en el cine al aire libre, y esta vez no tuve problemas con el idioma porque se trataba de una producción mexicana: Club Sándwich. Este filme ha pasado con éxito por varios festivales, entre ellos el de San Sebastián, donde recibió la Concha de Plata para su director, Fernando Eimbcke (Temporada de patos). La historia se centra en Paloma y su hijo de 15 años, Héctor, quienes mantienen una relación muy íntima y especial. Pero cuando pasan unos días de vacaciones en un hotel, Héctor conoce a una adolescente, Jazmín, con la que descubrirá los primeros destellos del sexo y el amor, aunque su madre intentará mantenerlo cerca por todos los medios.
Club Sándwich tiene un tempo muy particular, lento y relajado, acorde con el ambiente vacacional en el que viven sus protagonistas. Hay muchos silencios, incluso en medio de las escasas conversaciones que se producen a lo largo del metraje, lo cual puede desesperar a más de uno. Pero si conseguimos pillarle el truco es fácil disfrutar de esta pequeña y sencilla historia de humor muy particular con una fantástica interpretación de la actriz María Renée Prudencio y que habla sobre el despertar sexual, la soledad y la aceptación de los irremediables cambios que se producen en nuestras vidas y en las de aquellos que forman parte de ellas.
Y hasta aquí mi crónica sobre Kino Otok. Lamento que sea tan escueta, de veras que sí, pero disfruté mucho del día que pasé allí y me gustaría volver en el futuro para vivirlo en toda su plenitud. Sin embargo, no será el único festival de cine al que asistiré este verano, y ya avanzo que el siguiente va a ser algo mucho más gordo. Permanezcan sintonizados para más noticias.
Más información sobre Kino Otok: http://www.isolacinema.org/en/
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