Dir.: Noah Baumbach
Int.: Greta Gerwig, Mickey Summer, Adam Driver, Michael Zegen, Michael Esper, Grace Gummer, Charlotte d’Ambroise
¿De qué va?: Frances es una joven de 27 años que a pesar de su edad ha decidido perseguir su sueño de ser bailarina en una compañía de danza en Nueva York. Vive con su amiga Sophie, y disfruta de la vida con alegría y despreocupaciones, a pesar de que desea mucho más de lo que tiene.
Reseña: Cuando salió a la luz la sorprendente noticia de que Greta Gerwig sería la protagonista y productora de How I Met Your Father, especie de spin-off de la a punto de finalizar Como conocí a vuestra madre, muchos no tenían ni idea de quién era esta muchacha, pero los que estamos más familiarizados con el cine indie americano la conocemos de sobra, puesto que con muy pocas películas en su haber se ha convertido en una musa de este ámbito. Empezó a ganar popularidad con Greenberg, en la que conoció al que es hoy en día su pareja, el director Noah Baumbach, y con el que ha concebido a Frances Ha, la película más redonda del autor de Margot y la boda hasta la fecha.
Los que hayan visto la televisiva Girls no tardarán mucho en recordar a Lena Dunham y su pandilla a los pocos minutos de empezar Frances Ha. No sólo porque ambas compartan la presencia del ascendente Adam Driver, sino porque las dos nos trasladan a las calles de la palpitante Nueva York para hablarnos de las dificultades que muchos veinteañeros tienen hoy en día para independizarse y encontrar su sitio en la sociedad, porque intentamos dedicarnos a algo que nos apasione cuando ese tipo de trabajo es el que más escasea en estos tiempos de sempiterna crisis. Y en cuanto a las relaciones sociales, nunca hemos tenido tantas facilidades para desplazarnos y comunicarnos y sin embargo cada vez nos aislamos más, y en vez de recibir postales de los amigos que están lejos tenemos que leer su blog para saber qué es de ellos.
La principal diferencia respecto a Girls y a Lena Dunham en particular, radica en que si con ella estamos siempre debatiéndonos entre la empatía y la vergüenza ajena, con Frances no hay espacio para la duda: nos enamoramos irremediablemente de ella. Puede que a Gerwig no le haya hecho falta esforzarse mucho para interpretarla pero lo mismo da, porque con su naturalidad, simpatía, desparpajo y torpeza le sobra y le basta para que conectemos al instante con ella y la sigamos sin rechistar por ese road trip que realiza saltando de una vivienda a otra, de compañero de piso a otro, mientras intenta recuperarse de la gran ruptura sentimental que sufre con su alma gemela: su amiga Sophie. En este aspecto, Gerwig perfecciona el mensaje de su anterior película, Lola Versus, sobre que un príncipe azul no resuelve todos los problemas de la vida, y va más allá al no recurrir al ámbito amoroso para desarrollar y dar una vía de escape al personaje de Frances.
En blanco y negro todo luce mejor, especialmente Nueva York, como ya nos dejó ver Woody Allen en Manhattan, y como así lo recalca Baumbach al haber rodado el filme con la misma paleta, acercándolo al tono y el estilo de la Nouvelle Vague, lo cual queda enfatizado con la utilización de parte de la banda sonora del Jules et Jim de Truffaut. Así pues, Frances Ha se revela como una encantadora fábula generacional que tan sólo acarrea unos pocos tics del cine indie americano para hablar sobre lo difícil que puede resultar hoy el día el salto entre ser un joven adulto y el abrazar la madurez con todas las consecuencias, sacrificios y responsabilidades que eso conlleva.
8/10
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